jueves, 25 de junio de 2015

Resiliencia

Buceando en la palabra y el concepto de resiliencia, como dije, encontramos que dicho término ha sido extraído de la física que se ha incorporado a las ciencias que estudian la conducta y la psicología humana. Esto sin olvidar que la ética, la ecología y la pedagogía también la han adoptado. Y así ha entrado de pleno derecho en nuestra lengua e incluso su uso se está extendiendo, podríamos decir, en su sentido específico. Porque, como bien se sabe, no consiste simplemente en "sufrir y resistir", mucho menos en el simple "aguantar" las situaciones de frustración y disgusto, sino de salir adelante por encima de los infortunios e incertidumbres, convirtiéndose en una capacidad de resurgir, de renacer, como el mítico "ave Fénix" desde la frustración, el desamparo, el abandono, la desesperanza. Dicha cualidad tampoco consiste en ser invulnerable al sufrimiento (¿quién de los humanos lo es?) o de ser impermeables a la frustración y al traumático estrés. Es una gran capacidad del ser humano -creo que "potencialmente" todos podemos tenerla, aunque, como es lógico, "psicológicamente" su desarrollo pueda depender de multiformes y multicausales factores.

+Oscar Sarlinga.

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