sábado, 30 de octubre de 2010

LAS CONFIRMACIONES QUE SE CELEBRARON EN LA DIÓCESIS

CONFIRMACIONES EN LA DIÓCESIS DE ZÁRATE-CAMPANA
DESDE SEPTIEMBRE HASTA FINES DE OCTUBRE

Confirmaciones en Maquinista Savio

Confirmaciones en Maquinista Savio Momento crismación

Confirmaciones de alumnos del Colegio Santa María en Belén de Escobar

Confirmaciones en Santiago del Baradero

Confirmados del Col. San José de la ciudad de Baradero

MES DE SEPTIEMBRE

Viernes 10 de septiembre, en San Juan Bautista, de Matheu (Escobar), turno de 18 y de 19.30. Confirmó Mons. Edgardo Galuppo.
Sábado 11 de septiembre, en la Inmaculada Concepción, de Maquinista Savio, a las 10: Confirmó el Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga.
Domingo 12 de septiembre en la parroquia de la Beata Teresa de Calcuta (Zárate), a las 10: Confirmó Mons. Edgardo Galuppo.
Sábado 18 de septiembre, en Santa Rosa de Lima (Manuel Alberti, Pilar), turnos de 15.30 y 17. Confirmó Mons. Tomás Llorente Martínez.

MES DE OCTUBRE

Viernes 1ro. de octubre, en Nuestra Señora del Pilar (Pilar). Confirmó Mons. Tomás Llorente Martínez.
Viernes 1ro. de octubre, en parroquia de Nuestra Señora de Luján y San José Obrero (Zelaya, Pilar), a las 19.30. Confirmó Mons. Santiago Herrera.
Domingo 3 de octubre, en parroquia de Nuestra Señora del Carmen, de Campana. Confirmó Mons. Santiago Herrera, a alumnos del colegio "San Aníbal María di Francia".
Viernes 8 de ocrubre, en parroquia de Nuestra Señora de Luján y San José Obrero, de Zelaya (Pilar). Confirmó el P. Ariel Penín, cura párroco.
Sábado 9 de octubre, en parroquia de Santiago Apóstol, de Baradero. Confirmó Mons. Marcelo Monteagudo.
Viernes 15 de octubre, en la iglesia co-catedral de la Natividad del Señor, turnos a las 17 y a las 19. Confirmó el Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga, a alumnos del colegio "Santa María" de Belén de Escobar.
Sábado 16 de octubre, en Santiago Apóstol, de Baradero, a las 19. Confirmó Mons. Edgardo Galuppo.
Sábado 23 de octubre, en Santiago Apóstol, de Baradero, a las 16. Confirmó el Sr. Obispo, Mons. Oscar Sarlinga, a alumnos del colegio "San José".
Viernes 29 de octubre, en San José Obrero (Zárate) en parroquia confiada a los PP Salesianos, a las 19. Confirmó el Sr. Obispo, Mons. Oscar Sarlinga.
Sábado 30 de octubre, en Nuestra Señora del Pilar (Pilar) a las 11. Confirmó el Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga.
Sábado 30 de octubre, en parroquia de Nuestra Señora de Luján (Zárate), a las 19. Confirmó el Sr. Obispo, Mons. Oscar Sarlinga.
Domingo 31 de octubre, en parroquia de San Antonio de Padua (De Ing. Maschwitz, Escobar), a las 10. Confirmó el Sr. Obispo, Mons. Oscar Sarlinga.
Domingo 31 de octubre, en parroquia de San Patricio, de San Antonio de Areco, a las 17. Confirmó el Sr. Obispo, Mons. Oscar Sarlinga.

LA CONFIRMACIÓN EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

(SEGUNDA PARTE: LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO)

(SEGUNDA SECCIÓN: LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA)

CAPÍTULO PRIMERO: LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA

ARTÍCULO 2: EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN

1285 Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciación cristiana", cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal (cf OCf, Praenotanda 1). En efecto, a los bautizados "el sacramento de la confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma se comprometen mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras" (LG 11; cf OCf, Praenotanda 2):

I.- La Confirmación en la economía de la salvación

1286 En el Antiguo Testamento, los profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado (cf. Is 11,2) para realizar su misión salvífica (cf Lc 4,16-22; Is 61,1). El descenso del Espíritu Santo sobre Jesús en su Bautismo por Juan fue el signo de que él era el que debía venir, el Mesías, el Hijo de Dios (Mt 3,13-17; Jn 1,33- 34). Habiendo sido concedido por obra del Espíritu Santo, toda su vida y toda su misión se realizan en una comunión total con el Espíritu Santo que el Padre le da "sin medida" (Jn 3,34).

1287 Ahora bien, esta plenitud del Espíritu no debía permanecer únicamente en el Mesías, sino que debía ser comunicada a todo el pueblo mesiánico (cf Ez 36,25-27; Jl 3,1-2). En repetidas ocasiones Cristo prometió esta efusión del Espíritu (cf Lc 12,12; Jn 3,5-8; 7,37-39; 16,7-15; Hch 1,8), promesa que realizó primero el día de Pascua (Jn 20,22) y luego, de manera más manifiesta el día de Pentecostés (cf Hch 2,1-4). Llenos del Espíritu Santo, los Apóstoles comienzan a proclamar "las maravillas de Dios" (Hch 2,11) y Pedro declara que esta efusión del Espíritu es el signo de los tiempos mesiánicos (cf Hch 2, 17-18). Los que creyeron en la predicación apostólica y se hicieron bautizar, recibieron a su vez el don del Espíritu Santo (cf Hch 2,38).

1288 "Desde aquel tiempo, los Apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de Cristo, comunicaban a los neófitos, mediante la imposición de las manos, el don del Espíritu Santo, destinado a completar la gracia del Bautismo (cf Hch 8,15-17; 19,5-6). Esto explica por qué en la Carta a los Hebreos se recuerda, entre los primeros elementos de la formación cristiana, la doctrina del bautismo y de la la imposición de las manos (cf Hb 6,2). Es esta imposición de las manos la ha sido con toda razón considerada por la tradición católica como el primitivo origen del sacramento de la Confirmación, el cual perpetúa, en cierto modo, en la Iglesia, la gracia de Pentecostés" (Pablo VI, const. apost. "Divinae consortium naturae").

1289 Muy pronto, para mejor significar el don del Espíritu Santo, se añadió a la imposición de las manos una unción con óleo perfumado (crisma). Esta unción ilustra el nombre de "cristiano" que significa "ungido" y que tiene su origen en el nombre de Cristo, al que "Dios ungió con el Espíritu Santo" (Hch 10,38). Y este rito de la unción existe hasta nuestros días tanto en Oriente como en Occidente. Por eso en Oriente, se llama a este sacramento crismación, unción con el crisma, o myron, que significa "crisma". En Occidente el nombre de Confirmación sugiere que este sacramento al mismo tiempo confirma el Bautismo y robustece la gracia bautismal.

Dos tradiciones: Oriente y Occidente

1290 En los primeros siglos la Confirmación constituye generalmente una única celebración con el Bautismo, y forma con éste, según la expresión de S. Cipriano, un "sacramento doble. Entre otras razones, la multiplicación de los bautismos de niños, durante todo el tiempo del año, y la multiplicación de las parroquias (rurales), que agrandaron las diócesis, ya no permite la presencia del obispo en todas las celebraciones bautismales. En Occidente, por el deseo de reservar al obispo el acto de conferir la plenitud al Bautismo, se establece la separación temporal de ambos sacramentos. El Oriente ha conservado unidos los dos sacramentos, de modo que la Confirmación es dada por el presbítero que bautiza. Este, sin embargo, sólo puede hacerlo con el "myron" consagrado por un obispo (cf CCEO, can. 695,1; 696,1).

1291 Una costumbre de la Iglesia de Roma facilitó el desarrollo de la práctica occidental; había una doble unción con el santo crisma después del Bautismo: realizada ya una por el presbítero al neófito al salir del baño bautismal, es completada por una segunda unción hecha por el obispo en la frente de cada uno de los recién bautizados (véase S. Hipólito de Roma, Trad. Ap. 21). La primera unción con el santo crisma, la que daba el sacerdote, quedó unida al rito bautismal; significa la participación del bautizado en las funciones profética, sacerdotal y real de Cristo. Si el Bautismo es conferido a un adulto, sólo hay una unción postbautismal: la de la Confirmación.

1292 La práctica de las Iglesias de Oriente destaca más la unidad de la iniciación cristiana. La de la Iglesia latina expresa más netamente la comunión del nuevo cristiano con su obispo, garante y servidor de la unidad de su Iglesia, de su catolicidad y su apostolicidad, y por ello, el vínculo con los orígenes apostólicos de la Iglesia de Cristo.

II.- Los signos y el rito de la Confirmación

1293 En el rito de este sacramento conviene considerar el signo de la unción y lo que la unción designa e imprime: el sello espiritual.

La unción, en el simbolismo bíblico y antiguo, posee numerosas significaciones: el aceite es signo de abundancia (cf Dt 11,14, etc.) y de alegría (cf Sal 23,5; 104,15); purifica (unción antes y después del baño) y da agilidad (la unción de los atletas y de los luchadores); es signo de curación, pues suaviza las contusiones y las heridas (cf Is 1,6; Lc 10,34) y el ungido irradia belleza, santidad y fuerza.

1294 Todas estas significaciones de la unción con aceite se encuentran en la vida sacramental. La unción antes del Bautismo con el óleo de los catecúmenos significa purificación y fortaleza; la unción de los enfermos expresa curación y el consuelo. La unción del santo crisma después del Bautismo, en la Confirmación y en la Ordenación, es el signo de una consagración. Por la Confirmación, los cristianos, es decir, los que son ungidos, participan más plenamente en la misión de Jesucristo y en la plenitud del Espíritu Santo que éste posee, a fin de que toda su vida desprenda "el buen olor de Cristo" (cf 2 Co 2,15).

1295 Por medio de esta unción, el confirmando recibe "la marca", el sello del Espíritu Santo. El sello es el símbolo de la persona (cf Gn 38,18; Ct 8,9), signo de su autoridad (cf Gn 41,42), de su propiedad sobre un objeto (cf. Dt 32,34) -por eso se marcaba a los soldados con el sello de su jefe y a los esclavos con el de su señor-; autentifica un acto jurídico (cf 1 R 21,8) o un documento (cf Jr 32,10) y lo hace, si es preciso, secreto (cf Is 29,11).

1296 Cristo mismo se declara marcado con el sello de su Padre (cf Jn 6,27). El cristiano también está marcado con un sello: "Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones" (2 Co 1,22; cf Ef 1,13; 4,30). Este sello del Espíritu Santo, marca la pertenencia total a Cristo, la puesta a su servicio para siempre, pero indica también la promesa de la protección divina en la gran prueba escatológica (cf Ap 7,2-3; 9,4; Ez 9,4-6).

La celebración de la Confirmación

1297 Un momento importante que precede a la celebración de la Confirmación, pero que, en cierta manera forma parte de ella, es la consagración del santo crisma. Es el obispo quien, el Jueves Santo, en el transcurso de la Misa crismal, consagra el santo crisma para toda su Diócesis. En las Iglesias de Oriente, esta consagración está reservada al Patriarca:

La liturgia de Antioquía expresa así la epíclesis de la consagración del santo crisma (myron): " (Padre...envía tu Espíritu Santo) sobre nosotros y sobre este aceite que está delante de nosotros y conságralo, de modo que sea para todos los que sean ungidos y marcados con él, myron santo, myron sacerdotal, myron real, unción de alegría, vestidura de la luz, manto de salvación, don espiritual, santificación de las almas y de los cuerpos, dicha imperecedera, sello indeleble, escudo de la fe y casco terrible contra todas las obras del Adversario".

1298 Cuando la Confirmación se celebra separadamente del Bautismo, como es el caso en el rito romano, la liturgia del sacramento comienza con la renovación de las promesas del Bautismo y la profesión de fe de los confirmandos. Así aparece claramente que la Confirmación constituye una prolongación del Bautismo (cf SC 71). Cuando es bautizado un adulto, recibe inmediatamente la Confirmación y participa en la Eucaristía (cf CIC can.866).

1299 En el rito romano, el obispo extiende las manos sobre todos los confirmandos, gesto que, desde el tiempo de los apóstoles, es el signo del don del Espíritu. Y el obispo invoca así la efusión del Espíritu:

Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que regeneraste, por el agua y el Espíritu Santo, a estos siervos tuyos y los libraste del pecado: escucha nuestra oración y envía sobre ellos el Espíritu Santo Paráclito; llénalos de espíritu de sabiduría y de inteligencia, de espíritu de consejo y de fortaleza, de espíritu de ciencia y de piedad; y cólmalos del espíritu de tu santo temor. Por Jesucristo nuestro Señor.

1300 Sigue el rito esencial del sacramento. En el rito latino, "el sacramento de la confirmación es conferido por la unción del santo crisma en la frente, hecha imponiendo la mano, y con estas palabras: "Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo" (Paulus VI, Const. Ap. Divinae consortium naturae). En las Iglesias orientales, la unción del myron se hace después de una oración de epíclesis, sobre las partes más significativas del cuerpo: la frente, los ojos, la nariz, los oídos, los labios, el pecho, la espalda, las manos y los pies, y cada unción va acompañada de la fórmula: "Sfragi~ dwrea~ Pneumto~ æAgiou" ("Rituale per le Chiese orientali di rito bizantino in lingua greca, I -LEV 1954), p. 36". ("Signaculum doni Spiritus Sancti" - "Sello del don que es el Espíritu Santo").

1301 El beso de paz con el que concluye el rito del sacramento significa y manifiesta la comunión eclesial con el obispo y con todos los fieles (cf S. Hipólito, Trad. ap. 21).

III.- Los efectos de la Confirmación

1302 De la celebración se deduce que el efecto del sacramento es la efusión especial del Espíritu Santo, como fue concedida en otro tiempo a los Apóstoles el día de Pentecostés.

1303 Por este hecho, la Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal:

– nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir "Abbá, Padre" (Rm 8,15).;

– nos une más firmemente a Cristo;

– aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo;

– hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia (cf LG 11);

– nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe mediante la palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la cruz (cf DS 1319; LG 11,12):

Recuerda, pues, que has recibido el signo espiritual, el Espíritu de sabiduría e inteligencia, el Espíritu de consejo y de fortaleza, el Espíritu de conocimiento y de piedad, el Espíritu de temor santo, y guarda lo que has recibido. Dios Padre te ha marcado con su signo, Cristo Señor te ha confirmado y ha puesto en tu corazón la prenda del Espíritu (S. Ambrosio, Myst. 7,42).

1304 La Confirmación, como el Bautismo del que es la plenitud, sólo se da una vez. La Confirmación, en efecto, imprime en el alma una marca espiritual indeleble, el "carácter" (cf DS 1609), que es el signo de que Jesucristo ha marcado al cristiano con el sello de su Espíritu revistiéndolo de la fuerza de lo alto para que sea su testigo (cf Lc 24,48-49).

1305 El "carácter" perfecciona el sacerdocio común de los fieles, recibido en el Bautismo, y "el confirmado recibe el poder de confesar la fe de Cristo públicamente, y como en virtud de un cargo (quasi ex officio)" (S. Tomás de A., s.th. 3, 72,5, ad 2).

IV.- Quién puede recibir este sacramento

1306 Todo bautizado, aún no confirmado, puede y debe recibir el sacramento de la Confirmación (cf CIC can. 889, 1). Puesto que Bautismo, Confirmación y Eucaristía forman una unidad, de ahí se sigue que "los fieles tienen la obligación de recibir este sacramento en tiempo oportuno" (CIC, can. 890), porque sin la Confirmación y la Eucaristía el sacramento del Bautismo es ciertamente válido y eficaz, pero la iniciación cristiana queda incompleta.

1307 La costumbre latina, desde hace siglos, indica "la edad del uso de razón", como punto de referencia para recibir la Confirmación. Sin embargo, en peligro de muerte, se debe confirmar a los niños incluso s i no han alcanzado todavía la edad del uso de razón (cf CIC can. 891; 893,3).

1308 Si a veces se habla de la Confirmación como del "sacramento de la madurez cristiana", es preciso, sin embargo, no confundir la edad adulta de la fe con la edad adulta del crecimiento natural, ni olvidar que la gracia bautismal es una gracia de elección gratuita e inmerecida que no necesita una "ratificación" para hacerse efectiva. Santo Tomás lo recuerda:

La edad del cuerpo no constituye un prejuicio para el alma. Así, incluso en la infancia, el hombre puede recibir la perfección de la edad espiritual de que habla la Sabiduría (4,8): `la vejez honorable no es la que dan los muchos días, no se mide por el número de los años'. Así numerosos niños, gracias a la fuerza del Espíritu Santo que habían recibido, lucharon valientemente y hasta la sangre por Cristo (s.th. 3, 72,8,ad 2).

1309 La preparación para la Confirmación debe tener como meta conducir al cristiano a una unión más íntima con Cristo, a una familiaridad más viva con el Espíritu Santo, su acción, sus dones y sus llamadas, a fin de poder asumir mejor las responsabilidades apostólicas de la vida cristiana. Por ello, la catequesis de la Confirmación se esforzará por suscitar el sentido de la pertenencia a la Iglesia de Jesucristo, tanto a la Iglesia universal como a la comunidad parroquial. Esta última tiene una resp onsabilidad particular en la preparación de los confirmandos (cf OCf, Praenotanda 3).

1310 Para recibir la Confirmación es preciso hallarse en estado de gracia. Conviene recurrir al sacramento de la Penitencia para ser purificado en atención al don del Espíritu Santo. Hay que prepararse con una oración más intensa para recibir con docilidad y disponibilidad la fuerza y las gracias del Espíritu Santo (cf Hch 1,14).

1311 Para la Confirmación, como para el Bautismo, conviene que los candidatos busquen la ayuda espiritual de un padrino o de una madrina. Conviene que sea el mismo que para el Bautismo a fin de subrayar la unidad entre los dos sacramentos (cf OCf, Praenotanda 5.6; CIC can. 893, 1.2).

V.- El ministro de la Confirmación

1312 El ministro originario de la Confirmación es el obispo (LG 26).

En Oriente es ordinariamente el presbítero que bautiza quien da también inmediatamente la Confirmación en una sola celebración. Sin embargo, lo hace con el santo crisma consagrado por el patriarca o el obispo, lo cual expresa la unidad apostólica de la Iglesia cuyos vínculos son reforzados por el sacramento de la Confirmación. En la Iglesia latina se aplica la misma disciplina en los bautismos de adultos y cuando es admitido a la plena comunión con la Iglesia un bautizado de otra comunidad cristiana que no ha recibido válidamente el sacramento de la Confirmación (cf CIC can 883,2).

1313 En el rito latino, el ministro ordinario de la Conformación es el obispo (CIC can. 882). Aunque el obispo puede, en caso de necesidad, conceder a presbíteros la facultad de administrar el sacramento de la Confirmación (CIC can. 884,2), conviene que lo confiera él mismo, sin olvidar que por esta razón la celebración de la Confirmación fue temporalmente separada del Bautismo. Los obispos son los sucesores de los apóstoles y han recibido la plenitud del sacramento del orden. Por esta razón, la administración de este sacramento por ellos mismos pone de relieve que la Confirmación tiene como efecto unir a los que la reciben más estrechamente a la Iglesia, a sus orígenes apostólicos y a su misión de dar testimonio de Cristo.

1314 Si un cristiano está en peligro de muerte, cualquier presbítero puede darle la Confirmación (cf CIC can. 883,3). En efecto, la Iglesia quiere que ninguno de sus hijos, incluso en la más tierna edad, salga de este mundo sin haber sido perfeccionado por el Espíritu Santo con el don de la plenitud de Cristo.

Resumen

1315 "Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaría había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo" (Hch 8,14-17).

1316 La Confirmación perfecciona la gracia bautismal; es el sacramento que da el Espíritu Santo para enraizarnos más profundamente en la filiación divina, incorporarnos más firmemente a Cristo, hacer más sólido nuestro vínculo con la Iglesia, asociarnos todavía más a su misión y ayudarnos a dar testimonio de la fe cristiana por la palabra acompañada de las obras.

1317 La Confirmación, como el Bautismo, imprime en el alma del cristiano un signo espiritual o carácter indeleble; por eso este sacramento sólo se puede recibir una vez en la vida.

1318 En Oriente, este sacramento es administrado inmediatamente después del Bautismo y es seguido de la participación en la Eucaristía, tradición que pone de relieve la unidad de los tres sacramentos de la iniciación cristiana. En la Iglesia latina se administra este sacramento cuando se ha alcanzado el uso de razón, y su celebración se reserva ordinariamente al obispo, significando así que este sacramento robustece el vínculo eclesial.

1319 El candidato a la Confirmación que ya ha alcanzado el uso de razón debe profesar la fe, estar en estado de gracia, tener la intención de recibir el sacramento y estar preparado para asumir su papel de discípulo y de testigo de Cristo, en la comunidad eclesial y en los asuntos temporales.

1320 El rito esencial de la Confirmación es la unción con el Santo Crisma en la frente del bautizado (y en Oriente, también en los otros órganos de los sentidos), con la imposición de la mano del ministro y las palabras: "Accipe signaculum doni Spiritus Sancti" ("Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo"), en el rito romano; "Signaculum doni Spiritus Sancti" ("Sello del don del Espíritu Santo"), en el rito bizantino.

1324 Cuando la Confirmación se celebra separadamente del Bautismo, su conexión con el Bautismo se expresa entre otras cosas por la renovación de los compromisos bautismales. La celebración de la Confirmación dentro de la Eucaristía contribuye a subrayar la unidad de los sacramentos de la iniciación cristiana.

sábado, 16 de octubre de 2010

FUNCIONAMIENTO DE LOS CENTROS DE PIEDAD ECUMENICA Y DE ORACIÓN POR EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO EN LA DIÓCESIS DE ZÁRATE-CAMPANA

A un año de su fundación por parte de Mons. Oscar Sarlinga y la Comisión diocesana de Ecumenismo y Diálogo interreligioso.
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EL OBISPO MONS. OSCAR SARLINGA INSISTIÓ EN LA IMPORTANCIA DE LOS GRUPOS DE PIEDAD ECUMÉNICA Y DE DIÁLOGO INTERRELIGIOSO EN LA DIÓCESIS DE ZÁRATE-CAMPANA
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El organismo diocesano encargado específicamente de tal misión es la COMISIÓN DIOCESANA DE ECUMENISMO Y DIÁLOGO INTERRELIGIOSO, que preside el mismo Obispo y cuyo Moderador I es el Pbro. Dr. Nestor Villa. Los grupos de piedad ecuménica y de diálogo interreligioso se están extendiendo en distintas ciiudades de la diócesis.



MONS. OSCAR SARLINGA HA AFIRMADO QUE EL ECUMENISMO ESPIRITUAL, EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO E INTERCULTURAL Y LA COLABORACIÓN INTERECUMÉNICA E INTERCULTURAL EN LOS ÁMBITOS DE LA CARIDAD SOCIAL SON UNA DE LAS PRIORIDADES DE LA PASTORAL DIOCESANA.
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A raíz del último ENDEDIO (Encuentro Nacional de Delegados de Ecumenismo y diálogo interreligioso) se le solicitó al enviado por la diócesis de Zárate-Campana, Pbro. Dr. Nestor Villa, un informe acerca del funcionamiento de los "Grupos de piedad ecuménica" y de diálogo interreligioso, que fueron promovidos en la diócesis de Zárate-Campana de resultas del pedido del Papa Benedicto XVI acerca del "ecumenismo espiritual".

El siguiente informe fue enviado por el Pbro. Dr. Nestor Villa a la comisión episcopal de Ecumenismo y Diálogo con el Judaísmo, el Islam y las otras religiones, de la CEA:

CENTROS DE PIEDAD ECUMENICA

Los mismos brotaron del consejo brindado por Monseñor Oscar Sarlinga, obispo de Zárate-Campana, en el seno de la Asamblea Ordinaria de 2009, la cual visitara unos momentos, suficientes para enderezar y encauzar el rumbo de la Asociación de Amigos de Santa Brígida de Suecia, asociación privada de fieles, luego de diversas dificultades las cuales detenían su crecimiento. Así, brotó del obispo, la concepción de orantes, particularmente o en grupo, con lazos jurídicos débiles, pero con un esquema de oración a semejanza que el Apostolado de la Oración que les conferirá una íntima y eficaz comunión espiritual. Solo debían comprometerse a rezar diariamente la oración propuesta cuyo texto contiene – como puede advertirse en anexo- todos los elementos de la UNIDAD. Exhortarlos también a participar anualmente de la fiesta de Santa Brígida de Suecia( Patrona del ecumenismo espiritual y del diálogo interreligioso en esta diócesis junto a la beata M.I.Hesselblad), y de la Peregrinación de Piedad Ecuménica a la Basílica de Luján el lunes previo a la Natividad del Señor. Su dependencia es directamente con el obispo a través de la delegación diocesana de ecumenismo y diálogo interreligioso. Un coordinador o celador relevará los datos de cada promitente y se lo comunicará al responsable diocesano.

MAYOLICA DEL MONOLITO EN HONOR DE SANTA BRÍGIDA DE SUECIA, ERIGIDO AL INGRESO DEL BARRIO "SANTA BRÍGIDA" DE LA LOCALIDAD DE MAQUINISTA SAVIO, DONDE ESTÁ UNO DE LOS GRUPOS DE ORACIÓN DE PIEDAD ECUMÉNICA DE LA DIÓCESIS.
(Santa Brígida de Suecia fue declarada por Mons. Sarlinga como Patrona del ecumenismo espiritual en la diócesis de Zárate-Campana)
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IMAGEN DE SANTA BRÍGIDA DE SUECIA EN LA IGLESIA CATEDRAL DE CAMPANA, Y PLACA MARMÓREA CONMEMORATIVA DE SU DECLARACIÓN COMO PATRONA DEL ECUMENISMO ESPIRITUAL EN LA DIÓCESIS.
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LA BIENAVENTURADA MADRE ELISABETH HESSELBLAD (BEATIFICADA POR S.S.JUAN PABLO II) DECLARADA POR EL YAD VASHEM "JUSTA ENTRE LAS NACIONES",DECLARADA POR MONS. OSCAR SARLINGA COMO "CO-PATRONA DEL ECUMENISMO ESPIRITUAL Y DEL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO" EN LA DIÓCESIS DE ZÁRATE-CAMPANA
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Primera Peregrinación de grupos de piedad ecuménica a Luján, el 21 de diciembre de 2009, siguiendo el pedido del Papa Benedicto XVI.
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Así fueron brotando los centros Santa Catalina de Vadstena (Pilar Centro), Nuestra Señora de Lourdes (Maquinista Savio-Barrio Santa Brígida), San Ricardo Reynolds (Campana), Santiago Apóstol (Baradero).

Habida cuenta de la escasez, casi ausencia de iglesias y comuniones eclesiales históricas, en nuestro territorio diocesano de Zárate-Campana, este medio promueve el amor y el deseo por la unidad de los cristianos según el mismo mandato del Señor Jesús, y despierta la inquietud del diálogo judeocristiano e interreligioso y la concordia en toda la familia humana. Estos centros habría que llamarlos "de piedad ecuménica" más de que de espiritualidad ecuménica como se popularizó en un primer momento.
El "florecimiento" de dichos centros radica en el cumplimiento de lo pedido por el Papa, la piedad ecuménica. Ahora bien, juntamente con ello, y pese a que no llevan también el título "y de diálogo interreligioso" (porque sería largo) son grupos que oran también por los frutos del diálogo interreligioso, en especial respecto del Judaísmo y el Islam, sin excluir a ningún otro, y que oran por el diálogo intercultural (expresión ésta también reciente del Papa Benedicto XVI, quien puso énfasis en que el diálogo interreligioso debe tener un componente fuerte de diálogo intercultural). Al mismo tiempo, dichos grupos buscan también proseguir su formación acerca del ecumenismo y diálogo interreligioso, participan de cursos de formación y prevalece gente de todas las clases sociales, clérigos y laicos, predominando, diríamos, de barrios humildes, personas que también tienen una actividad en la caridad social y en la promoción humana.... y que entre ellos no faltan jóvenes.

La ductilidad de los centros y el texto de la oración propuesta, la hacen adecuada para cualquier diócesis. Puede variarse la cura pastoral de quien los modere, obviamente el nombre del señor obispo en caso que se difunda por otras iglesias locales, etc. Por ello presentamos esta realización como subsidio para promover la base de todo apostolado, inclusive el ecuménico, que es la oración.

A MODO DE HISTORIA

Por primera vez en la historia de la diócesis de Zárate-Campana se realizó una peregrinación de «piedad ecuménica» a la Basílica de Luján, en el espíritu del «ecumenismo espiritual» que nos ha pedido el Santo Padre Benedicto XVI, Sucesor de Pedro. Los fieles laicos, y no pocos consagrados, procedentes de diversas regiones de la diócesis, y especialmente diversas asociaciones de fieles se congregaron piadosamente, fines de 2009, según el deseo del Santo Padre, para orar a la Virgen María por la unidad de la Iglesia y la concordia en toda la familia humana. De tal modo, haciendo «camino» con la Virgen, Pura y Limpia Concepción de Luján, la «Toda Hermosa», y siguiendo las huellas de Santa Brígida de Suecia, santa que destacó por su pasión por la mencionada unidad de la Iglesia, peregrinaron para adorar al Señor en la cercana Navidad, agradecer por el año 2009 y pedir por este año 2010 (que ya va promediando a sus fines) poniendo en los pies benditos de la Virgen las necesidades y la unidad de la Iglesia y la concordia social en nuestra patria, ya tan cercana al festejo Bicentenario.

Como hemos dicho, a modo de fuente de esta creciente pastoral se encuentra el encargo que el Obispo, Mons. Oscar Sarlinga, había efectuado de modo específico a la Comisión diocesana de Ecumenismo y Diálogo interreligioso acerca de la fundación y el fomento de «centros de piedad ecuménica» en distintos lugares de la diócesis, los cuales son una realidad naciente hoy, en las ciudades de Campana, Pilar y Baradero.

Cual antecedente fundacional, la asociación privada de fieles «Amigos de Santa Brígida de Suecia», radicada en la diócesis ha venido desde el año 2006 preparándose a la Navidad con una peregrinaciónen una recogida e íntima celebración en la cripta de la Basílica de Luján, en la capilla de la advocación mariana de Suecia, cuya imagen, la Inmaculada Concepción, talla de origen belga del siglo XV, está entronizada en Vadstena, primer monasterio fundado por Santa Brígida de Suecia, paradigma del «ecumenismo espiritual» a quien el Papa Juan Pablo II llamara «Profeta del III Milenio», y que en nuestra diócesis, desde el 8 de diciembre de 2007, junto a su discípula en el siglo XX, la beata madre Maria Isabel Hesselblad, ha sido declarada patrona de dicho ecumenismo espiritual.

Con la llamada en el corazón del pedido de Jesús: UT UNUM SINT, acompañado por la asociación privada de fieles «Amigos de Santa Brígida», con su director y moderador de la Comisión Diocesana de Ecumenismo y diálogo interreligioso, el Pbro. Dr. Nestor Villa, Mons. Edgardo Galuppo, vicario general, el Pbro. Hugo Lovatto, cura párroco de la iglesia catedral de Santa Florentina (y asesor diocesano de la Pastoral de Juventud), el Obispo presidió la Eucaristía para unos centenares de personas, quienes tuvieron que extenderse a lo largo de uno de los corredores laterales de la cripta, y relacionó en su homilía esta peregrinación “como un «eco» específico de la gran peregrinación del Pueblo de Dios de Zárate-Campana, que tuvo lugar en noviembre y en la que peregrinaron al Santuario 20.000 fieles desde todas las ciudades y lugares de la diócesis”.

En la misa de la primera peregrinación diocesana a Luján en ámbito ecuménico (y con espíritu de diálogo interreligioso) Mons. Sarlinga distinguió en primer lugar los «actos ecuménicos» (profundizando previamente sobre qué es el ecumenismo según el Decreto Unitatis redintegratio) del necesario y enriquecedor «diálogo interreligioso», y siguió con la explicación del «ecumenismo espiritual y la piedad ecuménica» según las enseñanzas de Benedicto XVI y las conferencias del Cardenal Kasper. Pidió luego Monseñor Sarlinga que el ecumenismo espiritual ayude a todos a tener «pasión» por la unidad de la Iglesia, citó al respecto la Constitución Lumen gentium, n. 8, del Concilio Vaticano II, y mencionó que la Iglesia de Cristo ha de ser siempre «Casa y Escuela de Comunión», de modo que ella sea “un recinto de paz y de amor, donde todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando”.

Destacó seguidamente la misión de comunión del Sucesor de Pedro, el Papa, y dijo también el Obispo en su homilía que la Casa de la Madre de Luján recibe cada año millares de peregrinos de nuestra diócesis, y que en ese 21 de diciembre, en vísperas de la Navidad, la «Virgen Hermosa» nos muestra un aspecto admirable de María, pues se trata también una «hermosa advocación», dado que desde los orígenes del cristianismo se ha llamado a la Virgen, la «toda hermosa». Por eso mismo –agregó- “las comunidades han de crecer en el espíritu de oración, para que se dé un florecimiento de la piedad ecuménica, que impulse también, comenzando por donde sea más prudente y conveniente, una acción mancomunada con dististintas confesiones y comunidades cristianas en bien de las virtudes sociales, los valores y la solidaridad, afianzados por un diálogo teológico serio y, sobre todo, por un corazón noble que tienda a la plena unión, profundizando en la Verdad, que es Cristo mismo”.

Mencionó el Obispo que la situación de la capilla sueca y escandinava (Capilla 34) de la cripta de la Basílica, y “su providencial vecindad frente a frente con la capilla greco-ortodoxa de Antioquia y otras advocaciones del Oriente Cristiano, llevan misteriosamente a comprender que la celebración de piedad ecuménica entraña un matiz de verdadera oración por la unidad y tiende puentes con las Iglesias del Oriente y las comuniones de la Reforma, en la común aspiración por esa ansiada unidad”.

En el itinerario de la procesión dentro de la vasta cripta, llegados a la capilla sueca la columna proveniente de Campana entonó el “Salve Regina” en honor de la Virgen y se preparó para la santa misa. Se realizó la lectura del profeta “He aquí que viene el Señor Todopoderoso: será llamado Emanuel, Dios-Con-Nosotros”(Cf. Is. 7,14; 8,10) en la antífona de la misa del día correspondiente a la novena de Navidad entonaron el “Angelus” como gratitud al Señor que se encarnó y nació de la Virgen María, que renace en nosotros por la Gracia y que vendrá a juzgar al mundo como Señor de la Historia.

El pasado año 2009, participaron de la peregrinación la Asociación privada de fieles «Amigos de Santa Brígida de Suecia», la Legión de María («comitia» de las ciudades de Campana y Pilar), la Asociación de casitas de oración «Marana Tha» de Campana, la Asociación de docentes católicos de Campana, la Liga de madres de familia (comisión diocesana y comisión de Santa Florentina), la Asociación privada de fieles «Nuestra Señora de Lourdes» de Maquinista Savio y los diversos «Centros de piedad ecuménica» de Pilar y de Santiago del Baradero, entre los cuales se destacó la presencia de jóvenes.

Durante la animación litúrgica se escuchó las voces de la Comunità «Cenacolo», que destacó como canto a la Virgen un tema llamado “Estrella Polar”, pues llamamos a Jesús «el Lucero del alba» y a la Virgen María, la «Estrella del Mar», «pues nos lleva a Jesús a quien adoramos en el Pesebre de nuestro corazón», como se expresó en la guía de la misa.

Antes de terminar, el P. Néstor Villa agradeció al señor Obispo, ya que esa actividad piadosa, iniciada por un grupo de fieles en nombre propio, se había asumido con alcance diocesano, lo cual la hace patrimonio eclesial en plenitud. Agregó que como ya las entronizaciones que la Asociación hiciera desde 1998 a 2002, en esa cripta, las capillas sueca, inglesa y neerlandesa coadyuvaron y engrosaron otras muestras de peregrinar ecuménico, ahora se perfilaba una nítida vocación a difundirse en la diócesis a través de los grupos de piedad ecuménica en esta misa, tal como indican los 500 libretos recordatorios que se hicieran imprimir para la ocasión.

Al momento de concluir la eucaristía, Monseñor Galuppo dio lectura a la Bendición Papal para la ocasión, y el P. Néstor Villa algunas de las adhesiones de prominentes miembros de iglesias y comunidades cristianas. A modo de adhesión desde Francia, los “Amigos de Santa Brígida en Provenza” habían hecho llegar una lámina del crucifijo bizantino eslavo, con la Virgen de la Ternura en el superior lateral, y Santa Brígida y Santa Catalina de Suecia, que pintara un artista búlgaro para la Abadía de Vadstena (Suecia) cuya copia se encuentra en la “Chapelle Sainte Brigitte” de Provenza (Vidauban). Un joven artesano de “Comunità Cenacolo” lo dispuso y preparó en una cruz de madera de un metro de altura y se usó como cruz procesional en la ceremonia.

jueves, 14 de octubre de 2010

CERCA DE 10.000 PERSONAS EN LAS FESTIVIDADES PATRONALES DE PILAR, DIÓCESIS DE ZÁRATE-CAMPANA

Tomado de: http://www.obispadozaratecampana.org/

PILAR (DIÓCESIS DE ZÁRATE-CAMPANA): Cerca de 10 mil personas participaron de la procesión, la misa de las Fiestas patronales y el posterior desfile en el día de Nuestra Señora del Pilar


Iglesia del Pilar iluminada en la Vigilia de las Fiestas Patronales 2010


Vigilia de las Fiestas Patronales de Nuestra Señora del Pilar


Fiestas Patronales de Ntra. Sra. del Pilar en Pilar diócesis de Zárate-Campana





Fiestas patronales de Pilar 2010



Santa Misa fiestas patronales Pilar 2010


Santa Misa fiestas patronales Pilar 2010


Santa Misa fiestas patronales Pilar 2010

Con multitudinarias actividades que congregaron a alrededor de 10 mil personas en los alrededores de la Plaza 12 de Octubre se cerraron ayer las Fiestas Patronales 2010 en honor a Nuestra Señora del Pilar, en el día de las Fiestas Patronales de la ciudad y partido de Pilar, en la provincia de Buenos Aires, diócesis de Zárate-Campana. 

Un día después de que cerca de 50 mil vecinos presenciaran diversos espectáculos culturales y musicales en el escenario central montado en Rivadavia y Bolívar, el día 12, otra multitud se reunió en el casco histórico de la ciudad para participar de la procesión presidida por la imagen de la Virgen, de la santa misa celebrada por el Obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, y del ya tradicional desfile cívico militar.

La jornada festiva de ayer se inició a las 15.10 en el Monumento a los Bomberos Voluntarios ubicado en Tucumán y Chacabuco, donde numerosos fieles partieron en la procesión junto a la histórica e insigne imagen de Nuestra Señora del Pilar.

Entre cánticos, aplausos y oraciones, la columna de fieles recorrió los 500 metros que separan el punto de partida con la Parroquia, donde a partir de las 16 dio comienzo en un altar colocado en la acera, mirando hacia la plaza, la celebración litúrgica oficiada por el Obispo y concelebrada por los vicarios generales, Mons. Edgardo Galuppo y Mons. Tomás Llorente, por el cura párroco de la parroquia del Pilar Jorge Ritacco y por una veintena de sacerdotes, principalmente del Decanato "Pilar" de la diócesis. Asistieron dos diáconos permanentes. 

Las canciones que acompañan cada uno de los momentos de la misa fueron interpretadas por el grupo juvenil que dotó a la liturgia de una dosis extra de entusiasmo y alegría, tanto más que diversos jóvenes universitarios habían misionado el centro de la ciudad días antes. 

El desfile

Tras la misa, se concretaron los últimos aprestos para dar inicio al desfile cívico militar que coronaría los festejos. Luego de El intendente y sus colaboradores se trasladaron hacia el palco oficial montado sobre Rivadavia, frente al escenario principal de las Patronales, donde se colocaron también los concejales; el obispo; autoridades policiales y de distintas entidades intermedias; y el secretario de Turismo bonaerense, Ignacio Crotto, quien también se hizo presente en el acto central de las Patronales.

HOMILÍA DEL OBISPO

En su honilía, el Obispo recalcó que es tradicional en Pilar el celebrar con grandes festividades el 12 de octubre , día en que tienen lugar las Fiestas Patronales en honor a la Virgen del Pilar.

"En efecto -dijo-, ese día la comunidad de Pilar celebra la fiesta de su Santa Patrona, la Ssma. Virgen en su advocación de “Nuestra Señora del Pilar”, tal como es venerada la Madre de Dios en Zaragoza (España) en razón de la conocida tradición de la aparición de la Virgen al Apóstol Santiago (el Mayor) y a sus discípulos hacia el año 40. La presencia de esta advocación de la Ssma. Virgen en estas tierras, traída por los pobladores españoles, data del año 1729, cuando una vecina del primitivo pueblo ofreció para la exposición al culto público una imagen de la Virgen Del Pilar, en una capilla erigida, por entonces, en su propiedad".

A continuación trazó una relación entre la Virgen del Piilar y el Apóstol Santiago en la evangelización del norte bonaerense. "Tal como lo señalara en la homilía del 25 de julio ppdo. -afrirmó- en “Santiago del Baradero” (fecha en la cual dicha ciudad cumplió 395 años) existe un eje espiritual entre la devoción a la Ssma. Virgen del Pilar y la veneración del Apóstol Santiago, habiendo sido toda esta zona norte de la Provincia de Buenos Aires profundamente influenciada por la corriente española, en su encuentro con los pueblos originarios. A partir de 1630 llega a estas tierras la imagen de la Pura y Limpia Concepción, llamada del Luján, por el hecho prodigioso de haber querido “quedarse” junto al río homónimo, como signo de su maternal protección sobre el pueblo argentino”. Les pido que tengamos en este año un especial recuerdo del Apóstol Santiago, en el Año Jacobeo, en el cual el Papa Benedicto XVI visita también Santiago de Compostela".

Hizo luego Mons. Sarlinga referencia al templo parroquial, de espléndido estilo y de belleza singular, se ha beneficiado con una importante restauración en los últimos años, la cual prosigue en vistas a que quede enteramente restaurada; considerándolo un  verdadero patrimonio religioso y cultural para la región y para el país, destacando a la vez que desde esa "parroquia matriz" se desprendieron las actuales  diversas jurisdicciones parroquiales. La parroquia matriz, Nuestra Señora del Pilar, es la histórica y que conserva la venerable imagen de la Ssma. Virgen. Y también “Nuestra Señora de las Gracias” en el Barrrio “Peruzzotti”. Luego, en la ciudad de Presidente Derqui (partido de Pilar) la parroquia “San Antonio de Padua”. En Manuel Alberti (Pilar), la parroquia “Santa Rosa de Lima”. En Villa Rosa (Pilar) la homónima parroquia, “Santa Rosa de Lima”. Desde 2006 en adelante Mons. Dr. Oscar Sarlinga creó las parroquias de “San Luis Gonzaga” (de Manzanares-Fátima, Pilar), de “San Manuel Mártir” (de La Lonja, Pilar) y de “Nuestra Señora de Luján y San José Obrero” (en Zelaya, Pilar).

Al hacer referencia a la lectura del Apóstol San Pablo, acerca de vivir en paz y en armonía, dijo el Obispo que el Papa Benedicto XVI, en su mensaje para la Jornada mundial de la paz (2008), se refirió precisamente de la familia humana como “comunidad de paz”. Afirmó: "Vale la pena considerar algunas ideas que ofrece este mensaje sumamente actual. Una familia vive en paz cuando todos sus miembros se ajustan a una norma común: esto es lo que impide el individualismo egoísta y lo que mantiene unidos a todos, favoreciendo su coexistencia armoniosa y la laboriosidad orgánica” (n. 11). Este principio, que vale para la familia, vale también para las sociedades y para la humanidad: Para lograr la paz trabajar a favor de la familia ¿Existen normas jurídicas para las relaciones entre las Naciones que componen la familia humana? Y si existen, ¿son eficaces? La respuesta es sí; las normas existen, pero para lograr que sean verdaderamente eficaces es preciso remontarse a la norma moral natural como base de la norma jurídica, de lo contrario ésta queda a merced de consensos frágiles y provisionales” (n. 12)" [1]

Dijo Mons. Sarlinga que se encontraba verdaderamente feliz en ver a la comunidad unida y con un propóstito de vivir en paz, con alegría y trabajo mancomunado. En nuestros tiempos, sin embargo, no dejan de verse sombras, aunque siempre pueden ser disipadas por la buena voluntad  y una acción decidida movida por el Amor. "En cuanto a los obstáculos a la construcción de la civilización del Amor, -mencionó- no podemos dejar de mencionar el preocupante auge, en nuestra sociedad de la violencia delincuencial; por ello son bienvenidas todas las acciones que las autoridades competentes puedan legítimamente realizar para proteger al que podemos llamar “el ciudadano-hermano”, nuestras familias, nuestros hijos, sí, sean hijos según la sangre o hijos según el Espíritu. Ya en el año 1978, el Papa Pablo VI, en su Mensaje para la XI Jornada mundial de la Paz, decía que este tipo de violencia por parte de privados, incluso aunque esté “(…) astutamente organizada en grupos clandestinos y facciosos, asume proporciones preocupantes (…) Se la podría definir delincuencia (…) Ella deriva de una decadencia de la conciencia moral, no educada ni asistida, penetrada con frecuencia por un pesimismo social, que ha apagado en el espíritu el gusto y el compromiso por la honestidad profesada por sí misma, así como ha apagado lo que hay de más hermoso (…) en el corazón humano, el amor, el verdadero, noble y fiel” amor[2]".

A continuación destacó el Obispo el trabajo pastoral en la parroquia, la misión de los jóvenes, la preparación de la novena, con sus diversos temas homiléticos, la participación de las capillas y de los centros pastroales, y asimismo de los colegios católicos y la numerosísima feligresía, que expresan, dijo, "una gran esperanza para nosotros", la esperanza que no defrauda, la que viene de Cristo, el Señor.

Notas:
[1] Benedicto XVI, Mensaje de Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Paz 2008: La familia, comunidad de paz
[2] Cf Pablo VI,  MESSAGGIO DEL SANTO PADRE PAOLO VI PER LA CELEBRAZIONE DELLA XI GIORNATA DELLA PACE, Ciudad del Vaticano, 1° de enero de 1978