jueves, 25 de junio de 2015

Resiliencia (VII)

El miedo (que es totalmente humano el tenerlo), cuando logra vencernos, siempre nos paraliza, arruina posibilidades maravillosas, nos quita el coraje de afrontar situaciones nuevas. Tenemos necesidad de una valentía especial para querer hacer el bien, para comprometernos con la justicia y la paz, a fin de dar testimonio del Reino de Dios. La fortaleza ha de llevarnos a "superar" en cierta manera, nuestros propios límites y "superarnos" a nosotros mismos, asumiendo los riesgos de encontrarnos en situaciones en las que no sabremos bien cuál será la solución correcta, o en ocasiones de ser mal vistos, criticados, con riesgo de exponernos a consecuencias desagradables. Para alcanzar tal fortaleza, el hombre resiliente debe estar sostenido por un gran amor a la verdad y al bien a que se entrega.
+Oscar Sarlinga.

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