Le correspondía ser el rey de la España visigótica. Es miembro de la familia de los nobles visigóticos de la España en pugna con el arrianismo, entre los cuales San Isidoro de Sevilla, San Leandro de Sevilla (sus tíos carnales) y Santa Florentina, titular de nuestra catedral (su tía). Su fiesta es hoy, 13 de abril. Como es el domingo de Ramos, no se celebra conmemoración litúrgica de Santos.
Hermenegildo y su hermano, Recaredo eran hijos de Leovigildo, rey de los visigodos de España, y de su primera esposa, Teodosia. Su padre los educó en el arrianismo, el cual había hecho estragos en la oikuméne cristiana de entonces. Sin embargo, el joven príncipe Hermenegildo se casó con una católica, quien con su ejemplo y oraciones lo convirtieron a la fe de la Iglesia. Su padre, arriano por convicción y/o conveniencia política, al enterarse de esto se enfureció y lo desheredó, y tomó prisioneros tanto a la esposa católica como a su propio hijo, ahora también católico. Pese a ello, por distintas vicisitudes, luego de un año, hicieron las paces. Pero, tiempo después, siendo el rey Leovigildo padre viudo y habiendo contraído nupcias con su (segunda) esposa, esta última comenzó a instigar y a despertar nuevas sospechas contra el príncipe católico Hermenegildo (quien sería su hijastro), el cual, por estas razones falaces, fue encarcelado en Tarragona y acusado de herejía (es decir, por no profesar el arrianismo, que era una religión política, por lo demás). Se le ofreció la libertad sólo a condición de que se retractase.
Hermenegildo pidió fervorosamente a Dios que le fortaleciese en su combate por la fe, añadió mortificaciones voluntarias a sus sufrimientos y se vistió con un sayal, como los penitentes. Al negarse a recibir la comunión de manos de un obispo arriano (no católico), su padre, el rey, lo mandó matar a mazazos. Hermenegildo recibió la noticia con gran resignación y murió instantáneamente de un solo golpe de mazo. Ante esto, su hermano de sangre, el príncipe recaredo, con el tiempo rey, se convirtió también a la fe católica. De hecho, el Papa San Gregorio Magno atribuye a los méritos de San Hermenegildo la conversión de su hermano Recaredo y de toda la España visigótica.
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