martes, 22 de abril de 2014

Predicación en la Misa de Pascua.

Homilia de Monseñor Sarlinga del domingo 20 de abril.

“Hermanos y hermanas, hoy es un día muy grande porque verdaderamente se reactualiza en nosotros la gracia de la Pascua. Ha resucitado Jesús – de un modo renovado- en nuestros corazones”.
Siguió haciendo referencia a las tres celebraciones previas a la Eucarística de la Vigilia Pascual :
“ Primero tenemos la del fuego nuevo o lucernario (que se enciende y bendice el fuego nuevo): símbolo de la luz y ardor que da vida. El pueblo de Israel tenia una llama viviente y la Iglesia también tiene una llama viviente que es la de la Pascua de Resurrección (con el fuego como signo). La segunda celebración, es la de la Palabra: toda la historia de la Salvación hasta llegar a la Resurrección de Cristo. Por ultimo, la tercera es la del agua lustral, el agua del bautismo, de luz: nos introduce en la luz de Dios (San Juan nos dice que Dios es luz)”
Al respecto de la pequeña Jazmín, que fue bautizada durante la celebración, dijo que por este sacramento formaría parte del pueblo mesiánico siendo hija del Señor; el pueblo de la luz de Cristo que ha de brillar hasta los confines de la tierra.
Concluyo con esta petición: “Pidamos entonces que esa renovación en nuestro interior, que es un resurgir, lo vivamos de la mano de María y con su protección; ella que es madre de Dios y madre de la Iglesia. Que así sea”.


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