Prestemos atención a que, por causa del pecado (consentido) puede surgir una "contradinámica" con consecuencias estructurales y no sólo personales.
Desde el corazón puede surgir una contra-dinámica anti-paz y anti-civilización.
"Pues de las personas se hacen los grupos, las comunidades, los pueblos, las naciones. Y por eso, corazones egoístas, autorreferenciales, complejos, omnipotentes, van generando en otros una dinámica de empodrecimiento que es más bien una contra-dinámica que genera, a la vez, una anti-civilización, aquella donde prevalece el odio y la guerra, y se pone a las personas y a los pueblos al borde de la ruina. En esta vigilia nuestra no es el caso de analizar culpabilizar a unos o a otros. De lo que se trata, en y desde la oración, es de responsabilizarse, de “hacerse cargo” de los corazones, de las personas, de las familias, de los pueblos, de las naciones, y tanto más lo será cuánta mayor sea la responsabilidad que cada uno tiene en el concierto de las naciones: la paz es posible y se puede construirla. Para eso hoy estamos, para poner el motor fundamental, la oración y la petición de la gracia divina, pues sabemos que sólo “en Aquél que nos conforta” podemos hacernos cargo".
Desde el corazón puede surgir una contra-dinámica anti-paz y anti-civilización.
"Pues de las personas se hacen los grupos, las comunidades, los pueblos, las naciones. Y por eso, corazones egoístas, autorreferenciales, complejos, omnipotentes, van generando en otros una dinámica de empodrecimiento que es más bien una contra-dinámica que genera, a la vez, una anti-civilización, aquella donde prevalece el odio y la guerra, y se pone a las personas y a los pueblos al borde de la ruina. En esta vigilia nuestra no es el caso de analizar culpabilizar a unos o a otros. De lo que se trata, en y desde la oración, es de responsabilizarse, de “hacerse cargo” de los corazones, de las personas, de las familias, de los pueblos, de las naciones, y tanto más lo será cuánta mayor sea la responsabilidad que cada uno tiene en el concierto de las naciones: la paz es posible y se puede construirla. Para eso hoy estamos, para poner el motor fundamental, la oración y la petición de la gracia divina, pues sabemos que sólo “en Aquél que nos conforta” podemos hacernos cargo".
De la Homilía de Mons. Oscar Sarlinga en la Misa de la Vigilia por la Paz.
En la iglesia catedral de Santa Florentina,
sábado 7 de septiembre de 2014 a las 19 hs.
En la iglesia catedral de Santa Florentina,
sábado 7 de septiembre de 2014 a las 19 hs.
La Santa Cruz con el fondo del vitral de la Virgen de Fátima (obra de Estruch). Parroquia Nuestra Señora de Fátima Zárate. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario