miércoles, 13 de agosto de 2014

Preparándonos para la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María.

María asunta a los Cielos.
En la catedral de Parma, Italia. En la cúpula.
Obra del Correggio.
Asunción de la Virgen (en la escena de la cúpula, la figura vestida de túnica rosada y manto azul).
En la iglesia catedral de Parma, en Italia.

Interesante cómo ha sido plasmada en el arte, por ejemplo en la obra del Correggio, en la catedral de Parma (Italia) en escenas de la misma Asunción, inspiradas en palabras de uno de los Padres de la Iglesia, San Juan Damasceno.

Juan Damasceno en la segunda homilía para la fiesta de la Asunción de la Virgen subraya la “conveniencia” de la presencia junto a Maria de los “antiguos justos y profetas” que habían anunciado y aguardado la encarnación del Hijo de Dios por una mujer. Siguiendo estas indicaciones, entre la fila de rostros que rodean la figura de Maria, se alzan a la izquierda en cuerpo entero Adán y Eva. En la mano tienen una manzana con un verde brote, para indicar que el antiguo pecado de los progenitores ha sido redimido.

La cúpula de la iglesia catedral de Parma, que se apoya sobre un tambor octogonal, está decorada por el Correggio y representa la Asunción de la Santísima Virgen.

El 3 de noviembre de 1522, se estipuló el contrato entre los responsables de la catedral y Antonio Allegri da Correggio para pintar al fresco la cúpula. Los canónigos eligieron el tema de la Asunciónde la Virgen María, ya que la catedral desde los más antiguos testimonios, estuvo siempre dedicada a Maria.
Según la tradición de algunos Padres de la Iglesia, tales como Juan Damasceno, por ejemplo, al igual que la Resurreción de Jesús en los relatos evangélicos sucedió al tercer día después de la muerte, también la Asunciónde Maria se situó en el tercer día tras su sepultura, en domingo. Durante este hecho, están presentes todos los aspóstoles, traidos a Jerusalén por ángeles desde disitintos países donde predicaban el Evangelio.

En la cúpula de la catedral de Parma, la figura de la Virgen con vestido rosa y manto azul y los brazos abiertos, se encuentra en el lado occidental de la cúpula, hacia el ábside, haciéndose visible para quienes, recorriendo la nave mayor de la catedral, se para a los pies de la gran escalinata.

Alrededor de Maria están representados otros personajes bíblicos. Ante Adán se encuentra José, castísimo esposo de Maria, con un bastón y un lirio. Tras Adán, Abrahám y su hijo Isaac con el ángel del sacrificio. Más a la izquierda una figura se eleva sobre las cabezas que le circundan, tapándose en parte el rostro con el brazo, pero dejando ver una densa cabellera rubia, característica física del futuro rey de Israel puesta en relieve por el texto bíblico (1 Samuel 16,12). Entre éste y Abrahám, el personaje con una gran barba quizás se trate del patriarca Jacob. Finalmente, cerca de las rodillas de David, el perfil de un anciano con barba en cuyas manos lleva un racimo de uvas es de Melquisedec, que llevó a Abrahám pan y vino para ofrecérselo a Dios (Génesis 14, 18).

Por el otro lado, a la izquierda de Maria se encuentran figuras femeninas, entre las que destacan Marta y Maria, hermana de Lázaro. Le siguen tres rostros: Maria de Magdalena, Maria (madre de Jacobo) y Salomé, las mujeres que encontraron el sepulcro vacío. Finalmente, Judith y su criada que sostiene la cabeza cortada de Holofernes.

Una última figura, en la parte superior, sobre Maria, en el borde del mar de luz, un rostro de hombre con cabellos y barba rojizos, quizás un autorretrato de Correggio, sobresale entre los espectadores del misterio mariano. Casi en el centro de la cúpula llena de luz, que del amarillo cambia al blanco, sobre el paraiso hacia el que se dirige Maria, surge una figura, que quizás represente a un ángel que guía a Maria.

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