Tomado de: http://www.news.va/
2014-08-27 Radio Vaticana
(RV).-Aunque está llena de pecadores, con divisiones y escándalos, los católicos recitan en su Credo que la Iglesia es una y santa.
El obispo de Roma –que defiende a los pecadores pero condena el pecado, con su conocida afirmación “pecadores si pero corruptos no”- en su Catequesis del miércoles 27 de agosto de 2014, se refirió al tema de la unidad y santidad de la Iglesia, profesadas en el Credo Católico.
Jesús pidió a Dios Padre por la unidad de sus discípulos, confiándoles así su deseo de que la unidad sea nota característica de la comunidad, afirmó Francisco y explicó que “la división es uno de los pecados más graves, porque no permite que Dios actúe. Es el diablo el que separa, destruye las relaciones, siembre prejuicios”.
Relacionando la unidad con la santidad, las dos palabras de referidas en el Credo, el Sucesor de Pedro explicó que “lo que Dios quiere es que seamos acogedores, que nos perdonemos y nos amemos, para parecernos cada vez más a Él que es comunión y amor”, para definir que la santidad de la Iglesia consiste: “en reproducir la imagen de Dios, rico en misericordia y gracia”.
Una imagen que replica la representación de María, en su advocación de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, traída para ser venerada también en los jardines vaticanos, fue el motivo principal del saludo del Vicario de Cristo a los peregrinos de lengua española y de su bendición al pueblo cubano.
Jesuita Guillermo Ortiz, RV
Esta fue la sintesis de la catequesis que el Papa pronunció en español:
Queridos hermanos y hermanas:
Cuando recitamos el “Credo”, decimos que la Iglesia es “una” y “santa”, aunque sabemos por experiencia que también está compuesta de pecadores y que no faltan divisiones.
Jesús, antes de su Pasión, pidió por la unidad de sus discípulos: “que todos sean uno”. Nos confía así su deseo de que la unidad sea una de las notas características de nuestra comunidad.Los pecados contra la unidad no son sólo las herejías o los cismas, sino también las cizañas más comunes de nuestras comunidades: envidias, celos, antipatías… Esto es humano, pero no es cristiano.
En una comunidad cristiana, la división es uno de los pecados más graves, porque no permite que Dios actúe. Es el diablo el que separa, destruye las relaciones, siembra prejuicios. Lo que Dios quiere es que seamos acogedores, que nos perdonemos y nos amemos para parecernos cada vez más a Él, que es comunión y amor. En esto consiste la santidad de la Iglesia: en reproducir la imagen de Dios, rico en misericordia y gracia.
***
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Venezuela, Chile, Argentina, México y otros países latinoamericanos. Mañana tendrá lugar en los jardines del Vaticano la colocación de una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Saludo con afecto a los obispos de Cuba, venidos a Roma para esta ocasión, a la vez que les pido hacer llegar mi cercanía y bendición a todos los fieles cubanos. Que Jesús les bendiga y la Virgen Santa les cuide. Muchas gracias.
Cuando recitamos el “Credo”, decimos que la Iglesia es “una” y “santa”, aunque sabemos por experiencia que también está compuesta de pecadores y que no faltan divisiones.
Jesús, antes de su Pasión, pidió por la unidad de sus discípulos: “que todos sean uno”. Nos confía así su deseo de que la unidad sea una de las notas características de nuestra comunidad.Los pecados contra la unidad no son sólo las herejías o los cismas, sino también las cizañas más comunes de nuestras comunidades: envidias, celos, antipatías… Esto es humano, pero no es cristiano.
En una comunidad cristiana, la división es uno de los pecados más graves, porque no permite que Dios actúe. Es el diablo el que separa, destruye las relaciones, siembra prejuicios. Lo que Dios quiere es que seamos acogedores, que nos perdonemos y nos amemos para parecernos cada vez más a Él, que es comunión y amor. En esto consiste la santidad de la Iglesia: en reproducir la imagen de Dios, rico en misericordia y gracia.
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Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Venezuela, Chile, Argentina, México y otros países latinoamericanos. Mañana tendrá lugar en los jardines del Vaticano la colocación de una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Saludo con afecto a los obispos de Cuba, venidos a Roma para esta ocasión, a la vez que les pido hacer llegar mi cercanía y bendición a todos los fieles cubanos. Que Jesús les bendiga y la Virgen Santa les cuide. Muchas gracias.
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