sábado, 28 de marzo de 2015

"Bendito el "Rey" que viene".

Predomina el colorido, lo festivo, los ramos que se levantan cual signo de ovación. Observemos, sin embargo, que el vistoso color rojo vivo de los ornamentos, más que el ostensible color de los reyes o de los emperadores, fue el colorido revistiente de Jesús burlado con el “manto real”, el manto “del Rey” que reinaría desde la ignominia de una Cruz. Por eso también le ciñieron la cabeza con la corona “real” de espinas y le dieron como cetro la caña. Fue Pilato, juez inicuo, quien sin embargo hiciera dejar el “título” sobre la Cruz, que lo reconocía “Rey”. Un Rey, no como los de este mundo, sino un Rey cuyo Reino es de Paz, Amor Justicia, de Vida y Verdad. Un Rey pacífico, humilde, que llegó a su pueblo montado sobre la cría de una asna, como lo profetizó Zacarías.

+Oscar

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