Luego de celebrar la Solemnidad de San José, en la ciudad de Zárate, el sábado 15, a las 11 (oportunidad en que entregó los títulos pontificios de «capellanes de Su Santidad» a dos sacerdotes de la diócesis), en una misa con gran participación de fieles, concelebrada por 27 sacerdotes, y con asistencia de las autoridades municipales de los partidos de Zárate, Campana y Pilar, el Obispo Mons. Sarlinga presidió la eucaristía, el mismo día sábado, en las vísperas del Domingo de Ramos, dando así inicio a las celebraciones de Semana Santa, en Capilla del Señor (partido de Exaltación de la Cruz), oportunidad en que se inauguraba la televisación de las misas vespertinas del sábado en la ciudad, a través del canal local. Concelebraron con el Obispo el cura párroco y Delegado diocesano de la Pastoral Juvenil, Pbro. Hugo Lovatto, y el Pbro. Mauricio Aracena, Delegado para la Liturgia.
Durante la homilía, Monseñor Sarlinga hizo referencia a ciertos aspectos de su Mensaje pastoral para la Semana Santa 2008, que consta de tres partes fundamentales: I. “Bendito el que viene en Nombre del Señor, el que nos trae una civilización más digna; II. “Dar testimonio de Cristo victorioso desde su Padecimiento”, y III. Jesús exhala su espíritu; la Iglesia adquiere Alma evangelizadora (“Recibirán la fuerza del Espíritu Santo).
Dijo allí: “Domingo de Pasión es Domingo del Espíritu. Si la Iglesia no tuviera Alma (que es el mismo Espíritu Santo), quedaría sin misión ni razón de ser alguna. Pero la tiene; es el Espíritu de Amor. El mismo Espíritu inspiró la “profesión de fe” del centurión romano: “Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15,39). Fue el primer ser humano que, viendo expirar a Jesús, lo confesó como Hijo de Dios. Más aún, fue cuando lo vio expirar, en ese momento, cuando el centurión fue penetrado por la evangelización, y a continuación él mismo evangelizó, confesándolo de tal modo, delante de otros. Porque, el evangelizado, evangeliza”. Y acotó: “Fue una importante enseñanza de la Evangelii nuntiandi: “El que ha sido evangelizado, a su vez, evangeliza”.
Asimismo, después de pedir unirse en espíritu al Papa Benedicto XVI para la próxima XXIII Jornada Mundial de la Juventud 2008, bajo el lema: «Recibirán la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos» (Hch 1, 8), recordó que en la diócesis que pastorea, los jóvenes también “(…) han recibido esa fuerza de lo Alto (…) en esta iglesia local de Zárate-Campana, tan rica en potencialidades humanas y cristianas, y también heterogénea…”. Se manifestó muy contento, como Pastor diocesano “(…) de la cantidad de grupos juveniles misioneros que han querido formarse, y han aceptado el desafío de la Misión dentro de esta propia diócesis (que ha experimentado una gran inmigración del interior del país, y de países vecinos, una razón más, entre otras numerosas, para lo cual todos hemos debido “redescubrir” la necesidad de misionarla”.
Concluyó su homilía otro parágrafo de su mensaje pastoral, expresando: “Queremos, con renovada Esperanza, comprometernos una vez más a proclamarlo, con humildad, con Fe (Cf Rm 1, 16) y a ponernos al servicio de una humanidad dramáticamente necesitada del Amor, para construir una civilización más digna de Dios y del hombre, más como la merecemos por ser hijos del Padre”.
Cabe señalar que la localidad de Capilla del Señor es muy antigua, llegando sus orígenes al año 1580, en tiempos cercanos a la 2ª fundación de Buenos Aires, en tierras que integraban el "Pago de la Cañada de la Cruz". En 1750 la capilla de la estancia existente fue donada a la Iglesia, y en 1772 se fue aglomerando la población, en torno de la capilla "del Señor de la Exaltación de la Cruz", formándose un pueblo que luego se transformó en la ciudad actual.
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