(RV).- En sus saludos a los numerosos fieles y peregrinos procedentes de diversos países que escucharon la catequesis del Papa del último miércoles de agosto, en el ámbito de la 100ª audiencia general de su Pontificado, el Obispo de Roma dirigió unas palabras especiales a los peregrinos de lengua árabe, y de modo especial, a los procedentes de Oriente Medio.
Antes de desear que el Señor los bendiga y tras recordar a estos queridos hermanos y hermanas que la oración refuerza la familia, el Santo Padre los invitó a rezar a fin de que sus familias, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, sean lugares de comunión, cenáculos de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas Iglesias domésticas.
El Papa Francisco invitó a los peregrinos polacos a pedir juntos al Señor el don del Espíritu Santo, puesto que sólo Él puede encender en nuestros corazones el fuego del amor, de modo que con un ardiente afecto filial podamos dirigirnos a Dios en su calidad de Padre y rezar verdaderamente. Con este afecto – les dijo el Papa – encontraremos siempre el tiempo para la oración personal y familiar. Y añadió que la oración traerá la paz y la felicidad de quienes se sienten amados.
Al dar su bienvenida a los queridos peregrinos de lengua portuguesa, incluyendo a los fieles de diferentes parroquias de Portugal y a los estudiantes del Colegio Pío Brasileño de Roma, el Pontífice les deseó que el Señor los bendiga para que sean por doquier faros que irradien la luz del Evangelio, mientras les manifestó su deseo de que su peregrinación a la Ciudad Eterna refuerce en sus corazones el hecho de sentir y de vivir con la Iglesia, acompañados y protegidos por la Santísima Virgen María.
Por último, al saludar a los peregrinos de lengua italiana, entre los cuales a las Religiosas del Rostro Santo y a las Hermanas procedentes de la ciudad de Monza, pertenecientes a la Congregación de la Preciosísima Sangre de Jesús, que celebran sus respectivos Capítulos Generales; junto a quienes celebran la Asamblea general del Instituto Secular de la Pequeña Familia Franciscana; y sin olvidar a los seminaristas que participan en el encuentro de verano de la localidad de Frascati, entre otros; el Papa deseó a todos que testimonien la fe con palabras y gestos de misericordia y compasión hacia el próximo.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
Antes de desear que el Señor los bendiga y tras recordar a estos queridos hermanos y hermanas que la oración refuerza la familia, el Santo Padre los invitó a rezar a fin de que sus familias, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, sean lugares de comunión, cenáculos de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas Iglesias domésticas.
El Papa Francisco invitó a los peregrinos polacos a pedir juntos al Señor el don del Espíritu Santo, puesto que sólo Él puede encender en nuestros corazones el fuego del amor, de modo que con un ardiente afecto filial podamos dirigirnos a Dios en su calidad de Padre y rezar verdaderamente. Con este afecto – les dijo el Papa – encontraremos siempre el tiempo para la oración personal y familiar. Y añadió que la oración traerá la paz y la felicidad de quienes se sienten amados.
Al dar su bienvenida a los queridos peregrinos de lengua portuguesa, incluyendo a los fieles de diferentes parroquias de Portugal y a los estudiantes del Colegio Pío Brasileño de Roma, el Pontífice les deseó que el Señor los bendiga para que sean por doquier faros que irradien la luz del Evangelio, mientras les manifestó su deseo de que su peregrinación a la Ciudad Eterna refuerce en sus corazones el hecho de sentir y de vivir con la Iglesia, acompañados y protegidos por la Santísima Virgen María.
Por último, al saludar a los peregrinos de lengua italiana, entre los cuales a las Religiosas del Rostro Santo y a las Hermanas procedentes de la ciudad de Monza, pertenecientes a la Congregación de la Preciosísima Sangre de Jesús, que celebran sus respectivos Capítulos Generales; junto a quienes celebran la Asamblea general del Instituto Secular de la Pequeña Familia Franciscana; y sin olvidar a los seminaristas que participan en el encuentro de verano de la localidad de Frascati, entre otros; el Papa deseó a todos que testimonien la fe con palabras y gestos de misericordia y compasión hacia el próximo.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
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