martes, 14 de julio de 2015

¿Qué es lo que nos "conecta" con la Iglesia de los comienzos, la que oraba "con María, la Madre de Jesús".

Primero hay una continuidad en el ser, de la Iglesia. Luego, nos conecta la Fe, en y a través de la oración y la comunión. "Vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí". El nexo que nos hace vernos como plenos descendientes de esa comunidad primordial de la iglesia-madre de Jerusalén es la Fe, que “abre horizontes infinitos”. Por eso, porque “abre” (y no cierra) la Fe es llamada «virtud-puerta» (así lo hace Santo Tomás de Aquino, por ejemplo) porque nos abre a todas las demás virtudes, y que nos abre a una vida de virtud y felicidad, de renovación del mundo en el Amor. Esa Fe, que admiramos en San Pablo, y en especial en este Año Paulino, que ha convocado el Santo Padre, el cual al respecto nos dice del Apóstol de las Gentes: en la carta a los Gálatas nos dio una profesión de fe muy personal, en la que abre su corazón ante los lectores de todos los tiempos y revela cuál es la motivación más íntima de su vida. "Vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2, 20).
Virgen del Carmen, protectora nuestra

No hay comentarios:

Publicar un comentario