Queridos amigos, como les prometimos hace algunas semanas, aquí les ofrecemos la historia de la Virgen que desata los nudos, advocación mariana de la que es muy devoto el Papa Francisco –como verán en la foto, con la llegada del Papa Francisco en el Vaticano han puesto un cuadro de esta Virgencita-. Al final encontrarán también una oración para rezar a Nuestra Señora.
Un ángel presenta a la Virgen una cinta con nudos que ella va desatando; otro ángel recoge la cinta ya alisada. Es la imagen de “María que desata los nudos”, una pintura al óleo sobre lienzo realizada en torno al 1700 y que se encuentra en la iglesia de St. Peter am Perlach, en Alemania.
La Virgen Desatanudos es una advocación de la Inmaculada Concepción, con la luna bajo sus pies. Ella desata los nudos de nuestros pecados y de nuestros problemas más difíciles. Además, aplasta con su pie la causa de todos ellos: la serpiente, que simboliza el demonio. En la parte inferior del cuadro, un ángel guía a un hombre por la oscuridad de la vida.
La devoción del cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, por esta imagen de María, nació hace muchos años. Según contó a la Radio Vaticana el padre Alejandro Russo, rector de la Catedral de Buenos Aires, “el Papa, cuando era un sacerdote jesuita, pasó un periodo en Alemania por motivos de estudio, y allí, en una Iglesia, encontró la imagen de la Virgen que desata los nudos. Entonces llevó algunas estampas a Buenos Aires y, cuando escribía una carta a alguien, enviaba una de estas estampas de la Virgen junto a lo que había escrito”.
“Con el tiempo, una pintora argentina se ofreció a hacer una copia de la imagen que se encontraba en Alemania, para colocarla en una capilla de la Universidad del Salvador. En la capilla de la Universidad, la Virgen contaba con la devoción y la cercanía de muchas personas, pero era un ambiente pequeño”.
“Por eso, algunas personas que trabajaban en esta universidad y que pertenecían a la parroquia de San José del Talar, en el barrio de Agronomía, en Buenos Aires, pidieron al párroco el permiso de colocar en la iglesia una copia exacta de la Virgen que está en Alemania, y más grande que la que se encontraba en la capilla del Salvador”.
“Un ocho de diciembre, la imagen de la Virgen fue colocada en la iglesia. La gente descubrió el cuadro, y en aquel momento, unas 20-30 mil personas acudían los fines de semana y el día 8 de cada mes. Esto ha seguido así hasta hoy, con más o menos gente, y se ha convertido en una devoción importante en la República Argentina”.
“Ciertamente no fue el cardenal Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, quien inspiró la colocación del cuadro en este lugar; pero fue él quien inspiró la devoción, porque siempre, hasta el momento en el que se marchó de Buenos Aires, cuando escribía una carta metía siempre una imagen de la Virgen que desata los nudos, y también una imagen de San José. Con esta misma imagen felicitaba las Navidades y las Pascuas. Y fue la imagen que utilizó como estampa para distribuirla el día de su ordenación episcopal”.
Es difícil decir algo con certeza sobre el origen de esta pintura, ya que el cuadro original no está firmado. “Lo cierto es que genera devoción en los fieles, una especie de tranquilidad ante todo tipo de dificultades –dice el padre Russo-. Llegan personas con problemas familiares, muchos padres y madres que tienen problemas con los hijos, sobre todo por la droga; otros que tenían problemas de trabajo, o enfermedades. Me gusta decir esto: recemos a la Santísima Virgen, que es la que desata el último nudo, como puerta del Cielo, que desata el nudo de las almas del Purgatorio”.
“El cuadro da una extraña serenidad, porque la Virgen tiene en sus manos una cinta llena de nudos, y mirando a la persona que viene ante ella, toma la cinta y la deja lisa, desenredando la madeja de las dificultades que se padecen en la vida”.
“El Papa Francisco siente, y sentía también como Arzobispo de Buenos Aires, una gran devoción a la Santísima Virgen, una piedad filial, espontánea. Cuando entraba en la catedral, miraba y a veces se acercaba a alguna imagen de la Virgen de las que están allí, para tocarla con las manos, como hacen los peregrinos. Esta devoción la sentía también hacia la Virgen de Luján. Todos los años, durante la peregrinación a Luján, el Papa venía para confesar durante toda la noche, sin detenerse, a los peregrinos que llegan caminando al Santuario”.
Un ángel presenta a la Virgen una cinta con nudos que ella va desatando; otro ángel recoge la cinta ya alisada. Es la imagen de “María que desata los nudos”, una pintura al óleo sobre lienzo realizada en torno al 1700 y que se encuentra en la iglesia de St. Peter am Perlach, en Alemania.
La Virgen Desatanudos es una advocación de la Inmaculada Concepción, con la luna bajo sus pies. Ella desata los nudos de nuestros pecados y de nuestros problemas más difíciles. Además, aplasta con su pie la causa de todos ellos: la serpiente, que simboliza el demonio. En la parte inferior del cuadro, un ángel guía a un hombre por la oscuridad de la vida.
La devoción del cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, por esta imagen de María, nació hace muchos años. Según contó a la Radio Vaticana el padre Alejandro Russo, rector de la Catedral de Buenos Aires, “el Papa, cuando era un sacerdote jesuita, pasó un periodo en Alemania por motivos de estudio, y allí, en una Iglesia, encontró la imagen de la Virgen que desata los nudos. Entonces llevó algunas estampas a Buenos Aires y, cuando escribía una carta a alguien, enviaba una de estas estampas de la Virgen junto a lo que había escrito”.
“Con el tiempo, una pintora argentina se ofreció a hacer una copia de la imagen que se encontraba en Alemania, para colocarla en una capilla de la Universidad del Salvador. En la capilla de la Universidad, la Virgen contaba con la devoción y la cercanía de muchas personas, pero era un ambiente pequeño”.
“Por eso, algunas personas que trabajaban en esta universidad y que pertenecían a la parroquia de San José del Talar, en el barrio de Agronomía, en Buenos Aires, pidieron al párroco el permiso de colocar en la iglesia una copia exacta de la Virgen que está en Alemania, y más grande que la que se encontraba en la capilla del Salvador”.
“Un ocho de diciembre, la imagen de la Virgen fue colocada en la iglesia. La gente descubrió el cuadro, y en aquel momento, unas 20-30 mil personas acudían los fines de semana y el día 8 de cada mes. Esto ha seguido así hasta hoy, con más o menos gente, y se ha convertido en una devoción importante en la República Argentina”.
“Ciertamente no fue el cardenal Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, quien inspiró la colocación del cuadro en este lugar; pero fue él quien inspiró la devoción, porque siempre, hasta el momento en el que se marchó de Buenos Aires, cuando escribía una carta metía siempre una imagen de la Virgen que desata los nudos, y también una imagen de San José. Con esta misma imagen felicitaba las Navidades y las Pascuas. Y fue la imagen que utilizó como estampa para distribuirla el día de su ordenación episcopal”.
Es difícil decir algo con certeza sobre el origen de esta pintura, ya que el cuadro original no está firmado. “Lo cierto es que genera devoción en los fieles, una especie de tranquilidad ante todo tipo de dificultades –dice el padre Russo-. Llegan personas con problemas familiares, muchos padres y madres que tienen problemas con los hijos, sobre todo por la droga; otros que tenían problemas de trabajo, o enfermedades. Me gusta decir esto: recemos a la Santísima Virgen, que es la que desata el último nudo, como puerta del Cielo, que desata el nudo de las almas del Purgatorio”.
“El cuadro da una extraña serenidad, porque la Virgen tiene en sus manos una cinta llena de nudos, y mirando a la persona que viene ante ella, toma la cinta y la deja lisa, desenredando la madeja de las dificultades que se padecen en la vida”.
“El Papa Francisco siente, y sentía también como Arzobispo de Buenos Aires, una gran devoción a la Santísima Virgen, una piedad filial, espontánea. Cuando entraba en la catedral, miraba y a veces se acercaba a alguna imagen de la Virgen de las que están allí, para tocarla con las manos, como hacen los peregrinos. Esta devoción la sentía también hacia la Virgen de Luján. Todos los años, durante la peregrinación a Luján, el Papa venía para confesar durante toda la noche, sin detenerse, a los peregrinos que llegan caminando al Santuario”.
ORACION A NUESTRA SEÑORA DESATANUDOS
Santa María desatadora de nudos
Santa María, llena de la presencia de Dios,
durante los días de tu vida aceptaste con
toda humildad la voluntad del Padre,
y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con
sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo
intercediste por nuestras dificultades y,
con toda sencillez y paciencia,
nos diste ejemplo de cómo desenredar
la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como
Madre Nuestra, pones en orden y haces mas
claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
Tú que con corazón materno desatas los
nudos que entorpecen nuestra vida,
te pedimos que nos recibas en tus manos
y que nos libres de las ataduras y confusiones
con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo,
líbranos de todo mal, Señora Nuestra
y desata los nudos, que impiden nos unamos a Dios,
para que libres de toda confusión y error,
los hallemos en todas las cosas,
tengamos en El puestos nuestros
corazones y podamos servirle
siempre en nuestros hermanos. Amén
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