Perteneció a una familia de santos. Su abuelo murió mártir en la persecución. Su abuela fue Santa Macrina; su madre, Santa Amelia y la hermana también fue santa. Sus hermanos fueron San Pedro, obispo de Sebaste y San Gregorio Niceno. Su mejor amigo San Gregorio Nacianceno.
Al ver que su hermana Santa Macrina había fundado un monasterio de monjas y que éstas progresaban mucho en santidad, Basilio se fue a Egipto a aprender de los monjes del desierto, el modo de vivir en soledad. Al volver de allá se hizo monje y redactó sus famosas "Constituciones" que son la primera Regla de vida que se escribió para los religiosos. En ellas enseña cómo vivir en oración, estudio, buenas lecturas y trabajos manuales en un monasterio y cómo hacerse santo en la vida religiosa.
En esas "Constituciones" se han basado los más famosos fundadores de Comunidades para redactar los Reglamentos de sus Congregaciones. Basilio fue elegido Arzobispo de Cesarea, y el delegado del gobierno quiso hacerle renegar de la fe. Varios habían renegado por miedo. Pero nuestro santo se mantuvo firme, dispuesto a todo por defender su fe. Por su oratoria maravillosa, por sus admirables escritos y por las muchísimas obras que hizo en favor del pueblo, fue llamado "Basilio el Grande". San Gregorio decía: "Cada vez que leo un escrito de Basilio, siento que el Espíritu Santo transforma mi alma".
Sus escritos tienen lo que se llama "Unción". Además de su arrebatadora elocuencia, Basilio tenía una asombrosa actividad en favor de los necesitados. Fue al primero que se le ocurrió fundar por allí un Hospital para pobres y un ancianato. Estudió mucho la Biblia, se especializó en filosofía y literatura. Se conservan unas 365 cartas suyas, muy hermosas y de provechosa lectura para el alma. Murió el 1 de enero del año 379 cuando sólo tenía 49 años y fue sepultado el 2 de enero.
Todos sus escritos y sus sermones tiene por fin hacer que la gente ame más a Dios y se vuelva más santa. Por eso es considerado como el primer escritor ascético del oriente.
Oración de agradecimiento
San Basilio el grande
O Maestro, Cristo nuestro Dios, Rey de las edades, creador de todas las cosas; Yo te agradezco por todos los favores que tu me has concedido, y por haberme dado tus puros misterios dadores de vida.
Yo te suplico, O Dios lleno de gracia, quien amas a la humanidad, mantenme bajo tu protección y bajo la sombra de tus alas; concede que hasta mi último aliento, Yo pueda dignamente recibir tus Santos Misterios con una conciencia clara para la remisión de mis pecados y para la vida eterna.
Porque tú eres el Pan de la Vida, la fuente de la santidad, y el proveedor de todas las gracias, y nosotros te glorificamos junto con el Padre, y tu Espíritu Santo, ahora y siempre, y para siempre. Amén.
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