lunes, 5 de enero de 2015

Epifanía e Infancia (y Adolescencia) Misionera (IAM).

Nosotros creemos, porque estamos convencidos de ello, que «la luz de Belén continúa resplandeciendo en todo el mundo». Por ello también de esta Epifanía queremos extraer algunas indicaciones programáticas concretas, en lo que respecta a la Pastoral de la Infancia Misionera en la diócesis. Acerca de la conveniencia de dichas indicaciones u orientaciones, recordamos lo que nos dice nuestro «Plan Pastoral diocesano»:
“Por consiguiente, este Plan Pastoral de la diócesis ha procurado brindar indicaciones programáticas concretas, como nos enseña el Documento de APARECIDA: “El proyecto pastoral de la Diócesis, camino de pastoral orgánica, debe ser una respuesta consciente y eficaz para atender las exigencias del mundo de hoy, con ‘indicaciones programáticas concretas, objetivos y métodos de trabajo, de formación y valorización de los agentes y la búsqueda de los medios necesarios, que permiten que el anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente mediante el testimonio de los valores evangélicos en la sociedad y en la cultura” (Orientación fundamental del Plan, n. 1).
Varias son las parroquias de la diócesis que cuentan con la «Infancia Misionera». En esto vemos también que, en parte, las propuestas actuales ya se encontraban de algún modo presentes, ya sea en las orientaciones o en la práctica (Cf. «Plan Pastoral Diocesano», Capítulo I, n. 1: EL CAMINO PASTORAL RECORRIDO NOS ORIENTA, Y NOS ALLANA EL CAMINO POR RECORRER). Sin embargo, queda un camino importante que emprender respecto a la implementación y puesta en obra de la Infancia Misionera, que traerá muchas bendiciones.
También en nuestro «Plan» (Capítulo I, n. 7: Profundización en la dimensión evangelizadora de toda la Pastoral) damos el sentido del llamado “estado de misión”, y luego, al pasar a sugerir o proponer profundizaciones en los distintos ámbitos de la Pastoral (n. 9 del mismo capítulo I), vemos la necesidad del «(…) fomento de la formación de agentes misioneros (para lo cual será muy importante la tarea de las Obras Misionales Pontificias y de la Delegación de Misiones, así como de las parroquias con grupos misioneros experimentados) que lleven a cabo la tarea de misionar en las parroquias que lo pidan, de una forma permanente y con dedicación preferencial a esta tarea, buscando en especial a los alejados” (Cap. I, n. 9, “c”).
 

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