De la profecía de Jeremías:
(Jeremías 1,1.4-10)
Estas son las palabras de Jeremías, hijo de Helcías, de una familia de sacerdotes que vivían en Anatot, en la tierra de Benjamín.
Me llegó una palabra de Yavé:
Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.
Yo exclamé: “Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!”
Y Yavé me contestó: “No me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande.
No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte, palabra de Yavé.
Entonces Yavé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: “En este momento pongo mis palabras en tu boca.
En este día te encargo los pueblos y las naciones
Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás,
edificarás y plantarás.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Me llegó una palabra de Yavé:
Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.
Yo exclamé: “Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!”
Y Yavé me contestó: “No me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande.
No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte, palabra de Yavé.
Entonces Yavé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: “En este momento pongo mis palabras en tu boca.
En este día te encargo los pueblos y las naciones
Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás,
edificarás y plantarás.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
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