martes, 8 de julio de 2014

A los detenidos de Isernia: Dios no se olvida de nosotros


Tomado de: http://www.news.va/

Ciudad del Vaticano, 5 de junio 2014 (VIS).
Después de saludar a los jóvenes en Castelpetroso, el Papa Francisco se desplazó en automóvil al centro penitenciario de Isernia, a una media hora de distancia, para visitar a los detenidos. El encuentro tuvo lugar en el patio de la prisión y, en el discurso que dirigió a los reclusos, el Santo Padre insistió en la necesidad de la reinserción; '' un camino -dijo- que debemos hacer todos porque todos nos equivocamos en esta vida y tenemos que pedir perdón por nuestras equivocaciones''.

''Quien diga que no necesita llevar a cabo un camino de reinserción es un mentiroso -subrayó Francisco- Y cuando vamos a pedir perdón al Señor por nuestros pecados, por nuestros errores, nos perdona siempre, nunca se cansa de perdonar. Nos dice: ''Date la vuelta y no sigas por ese camino porque no te sentará bien. Y nos ayuda. Esta es la reinserción, el camino que todos tenemos que hacer. Lo importante es no quedarse parados. Todos sabemos que el agua parada se pudre... Tenemos que andar, un paso cada día, con la ayuda del Señor... Dios es Padre, es misericordia...Nos levanta y nos devuelve plenamente la dignidad...Dios no se olvida de nosotros. Y con esta confianza se puede caminar día tras día. Y con este amor fiel que nos acompaña la esperanza no defrauda nunca... Algunos piensas que recorren un camino de castigo, de errores, de pecados y que solamente hay que sufrir y sufrir... Es verdad, se sufre.. Como ha dicho un compañero vuestro aquí se sufre. Se sufre aquí dentro y también fuera, cuando uno ve que no tiene la conciencia limpia y quiere cambiarla. Es un sufrimiento que purifica, como el fuego que purifica el oro: es un sufrimiento con esperanza''.

''Hay algo muy hermoso cuando el Señor nos perdona porque no dice: ''Yo te perdono, ¡arréglatelas!''. No, nos perdona, nos toma de la mano y nos ayuda a seguir este camino de la reinserción, en nuestra vida personal y también social. Lo hace con todos nosotros. Pensar que el orden interior de una persona se corrija solo ' a palos'... que se corrija solo con el castigo, no es de Dios; es un error. Algunos piensan: ''No, hay que castigar más, más años, más''. Así no se arregla nada. Encerrar a la gente porque -perdonad la expresión- por el simple hecho de que si están encerrados, nosotros estamos seguros, no sirve de nada, no ayuda. Lo más importante es lo que Dios hace con nosotros: nos toma de la mano y nos ayuda a ir adelante. Y esto se llama esperanza. Y con esta esperanza, con esta confianza, se puede caminar día tras día. Y con este amor fiel que nos acompaña la esperanza, de verdad, no defrauda''.

Al final, el Papa contando a los detenidos que cada quince días llamaba a una prisión de Buenos Aires para hablar con los detenidos jóvenes les dijo: ''Os hago una confidencia. Cuando me encuentro con uno de vosotros, que está en una cárcel, que está andando hacia la inserción, pero que está recluido, sinceramente me pregunto: ¿Por qué él y no yo? Lo siento así. Es un misterio. Pero partiendo de este sentimiento, de esta forma de sentir, os acompaño''.

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