viernes, 18 de julio de 2014

El Papa reclamó justicia por el atentado a la AMIA


Viernes 18 Jul 2014


Francisco, en una captura de pantalla del video que grabó. ver másBuenos Aires (AICA): El Papa hizo llegar su cercanía a la comunidad israelita argentina y a los familiares de las víctimas del atentado a la mutual judía AMIA, al cumplirse 20 años de la explosión que se cobró la vida de 85 personas. A través de un mensaje de video grabado con un celular, Francisco aseguró que el atentado fue “un acto de locura”, reclamó el esclarecimiento del caso y afirmó que la falta de justicia es “una deuda con la sociedad”.

El Papa hizo llegar su cercanía a la comunidad israelita argentina y a los familiares de las víctimas del atentado a la mutual judía AMIA, al cumplirse 20 años de la explosión que se cobró la vida de 85 personas. A través de un mensaje de video grabado con un celular, Francisco aseguró que el atentado fue “un acto de locura”, reclamó el esclarecimiento del caso y afirmó que la falta de justicia es “una deuda con la sociedad”.

El pontífice argentino afirmó que el terrorismo “es una locura”, que solo “sabe matar y destruye”, e insistió con su mensaje de cercanía con todos aquellos “que han visto sus vidas sesgadas, esperanzas truncadas y ruinas”.

El obispo de Roma recordó que muchas veces dijo que Buenos Aires era una ciudad que “necesitaba llorar”. Al respecto agregó: “A riesgo de caer en un lugar común, lo repito: nos hace falta llorar. Somos muy proclives a archivar cosas, a no hacernos cargo de historias, de sufrimientos, de cosas que podrían haber sido bellas y no fueron. Y por eso nos cuesta tanto encontrar caminos de justicia, para encarar la deuda que esta tragedia ha contraído con la sociedad”.

“Junto a mi cercanía, junto a mi oración por todas las víctimas, también hoy va mi deseo de justicia. Que se haga justicia. Que Dios bendiga a todos. A las instituciones, a las familias. Y que Dios dé paz a los que murieron en este acto de locura”, concluyó Francisco.

El mensaje del Santo Padre fue grabado por el director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano, Claudio Epelman, que visitó el mes pasado al Santo Padre en la Ciudad del Vaticano. Epelman le preguntó a Francisco si deseaba enviar un mensaje a la comunidad judía, y según relató, luego de pensar unos segundos, le pidió su teléfono celular y lo grabaron en el momento.

El 18 de julio de 1994, cuando sucedió el ataque a la mutual judía, Jorge Bergoglio era obispo auxiliar de Buenos Aires, destinado a la vicaría episcopal de la zona Flores.

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, asistió al acto conmemorativo por el 20º aniversario del atentado junto con el presbítero Omar Salvador Di Mario, integrante de la comisión arquidiocesana de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso. Luis Czyzeweski, familiar de una de las víctimas, agradeció al arzobispo por abrir las puertas de la catedral metropolitana para conmemorar con referentes de otros cultos un nuevo aniversario de la tragedia. 


Mensaje del Santo Padre por el atentado a la AMIA

A 20 años de la tragedia de la AMIA quiero hacer llegar mi cercanía a la comunidad israelita argentina y a todos aquellos que son familiares de las víctimas, sean judíos o sean cristianos.
20 años de la tragedia, de una locura. El terrorismo es una locura. El terrorismo solamente sabe matar, no sabe construir, destruye. Por eso mi cercanía a todos aquellos que han visto vidas sesgadas, esperanzas truncadas, ruinas.

Algunas veces dije que Buenos Aires es una ciudad que necesitaba llorar, que todavía no había llorado lo suficiente. A riesgo de caer en un lugar común, lo repito: nos hace falta llorar.

Somos muy proclives a archivar cosas, a no hacernos cargo de historias, de sufrimientos, de cosas que podrían haber sido bellas y no fueron. Y por eso nos cuesta tanto encontrar caminos de justicia, para encarar la deuda que esta tragedia ha contraído con la sociedad.

Junto a mi cercanía, junto a mi oración por todas las víctimas, también hoy va mi deseo de justicia. Que se haga justicia. Que Dios bendiga a todos. A las instituciones, a las familias. Y que Dios dé paz a los que murieron en este acto de locura.+

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