viernes, 19 de diciembre de 2014

La alabanza a Dios... nos da esperanza, confianza... Es sanante. Nos sostiene. Nos salva.


Del Salmo 70:
R/. Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria
Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres Tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.

Porque Tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno Tú me sostenías. R/.

Contaré tus proezas, Señor mío,
narraré tu victoria, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.

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