Mañana,
11 de octubre, por primera vez tendrá lugar la conmemoración litúrgica
de San Juan XXIII, canonizado, junto con San Juan Pablo II, por S.S.
Francisco. En mi familia paterna me habían hablado con mucho cariño de
él (en especial mi abuela y mi papá).
Tiempo después supe que su muerte (el 3 de junio de 1963) tuvo lugar al
día siguiente de mi bautismo (el domingo 2 de junio de 1963, que fue
Pentecostés, en San Andrés de Giles). Hice la relación cuando ya estaba
en la Facultad de Derecho; por eso en aquél entonces (cuando no se
preveía siquiera que fuera declarado beato) le pedí que me tomara en su
protección por ciertas intenciones especiales; como renuevo hoy día,
cuando la Iglesia lo proclamó Santo. Siendo seminarista leí con atención
su "Diario del alma", que recomiendo vivamente. Más tarde, pude visitar
varias veces su tumba en el Vaticano (incluso cuando estaba en la
cripta, y no donde está ahora) y rezar, renovando esa intención. San
Juan XXIII, ruega por nosotros. +Oscar.
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