De antiquísima veneración, con el descubrimiento, hecho en 1894, de la inscripción sepulcral sobre el “loculus” o sepulcro de la santa en las catacumbas de Siracusa, desaparecieron todas las dudas sobre la historicidad de la joven mártir Lucía, cuya fama y devoción se deben en gran parte a su célebre "Pasión" (passio). Martirizada bajo el procónsul Pascasio, ante el cual fue denunciada por ser cristiana. Se la representa con sus ojos en una patena sobre su mano, por ser uno de los símbolos de su pasión. También con la garganta atravesada por una espada. Su nombre proviene del latín "LUX" , la luz.
Reliquias de Santa Lucía, en la iglesia de San Geremia, en Venezia.
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