martes, 1 de julio de 2008

INICIO DEL AÑO PAULINO EN NUESTRA DIÓCESIS

INICIO DEL AÑO PAULINO EN LA EUCARISTÍA CELEBRADA EN LA CUASI-PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LUJÁN Y DE LOS SANTOS APÓSTOLES PEDRO Y PABLO, EN LA CIUDAD DE CAMPANA

Tal como se había anunciado en la carta pastoral de Mons. Sarlinga (fechada el 13 de junio ppdo.), el Obispo abrió solemnemente el Año Paulino universal, en comunión con el Santo Padre Benedicto XVI y con toda la Iglesia, en la cuasi-parroquia de Ntra. Sra. de Luján y de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, confiada al cuidado pastoral de los Discípulos de Jesús y de San Juan Bautista, cuyo cuasi-párroco es el P. Joaquín Ocampo. En la homilía, Mons. Sarlinga destacó la importancia comunional y misional de la convocación del Año Paulino por parte del Santo Padre, así como lo fundamental de promover la evangelización. Recordó que ese centro pastoral nació con la Gran Misión de Campana, en el año 1979, convocada por Mons. Mario Espósito Castro (cuando ese lugar era conocido como “El centro n. 6”) y que luego fue centrándose como lugar de evangelización y de culto, primero con la capilla de Ntra. Sra. de Luján, y luego con los salones de catequesis y la casa parroquial. En 2007 el Obispo O. Sarlinga le agregó el título de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, dotándola de dos estupendas y artísticas imágenes que habían sido donadas por el Pbro. Dr. Néstor Villa al entonces seminario de Campana (cerrado en 2001).

Al concluir su homilía, Monseñor Oscar dijo que teníamos que tener siempre presente, en las luchas y cansancios que mantenemos en esta vida presente, esa afirmación de San Pablo que nos anima a no bajar los brazos: “Todo lo puedo en Aquel que me conforta” (Fil, 4,13), basando nuestra entera confianza en Dios y en su acción providente en nuestras vidas. Todo “poder”, afirmó, tiene consistencia “sólo si se asienta en el Amor de Dios”, razón por la cual, acotó, “nos conforta siempre el Señor si permanecemos en su Amor”, conforme a la exhortación de Jesús, en el evangelio de Juan: “Permanezcan en mi Amor (Jn 15,9)”.

La cuasi-parroquia estrenó la pila bautismal, en mármol travertino, que el Sr. Obispo donó para el templo.

Durante la celebración de la eucaristía, el Obispo administró el bautismo a una joven, y la confirmación a varios jóvenes y adultos, que habían venido preparándose durante el debido tiempo en la cuasi-parroquia.

El templo (formado en principio en forma de galpón, y que fuera con el tiempo reconstruyéndose y hermoseándose) fue colmado de fieles, y hubo una especial delegación del Movimiento obrero. Concelebraron con el Obispo el vicario general, Mons. Galuppo, el pro-vicario general, Mons. Santiago E. Herrera, junto con Mons. Marcelo Monteagudo, el P. Joaquín Ocampo (cuasi-párroco), el Pbro. Dr. Néstor Villa, el Pbro. Mauricio Aracena y el P. Federico Labarra, de los Rogacionistas.

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