Del Salmo 48:
R/. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos
¿Por qué voy a temer en los momentos de peligro,
cuando me rodea la maldad de mis opresores,
de esos que confían en sus riquezas,
si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate? R/.
No, nadie puede rescatarse a sí mismo,
ni pagar a Dios el precio de su liberación
para poder seguir viviendo eternamente
sin llegar a ver el sepulcro. R/.
No te preocupes cuando un hombre se enriquece
o aumenta el esplendor de su casa:
cuando muera, no podrá llevarse nada,
su esplendor no bajará con él. R/.
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