La meditación con la Sagrada Escritura (el "saborearla") en y desde el
Espíritu, nos confirmará en la fe, haciendo que podamos cada día crecer
en el testimonio de vida de «hijos de la luz» (cf. Ef. 5,8),
afianzándonos a la vez también en nuestra «cordial pertenencia a la
Iglesia» (sabiendo que «cordial» proviene de «corazón», y apartando de
nosotros toda dañosa división). Ello nos afianzará, al mismo tiempo, en
nuestra misión como evangelizadores y en nuestro empeño por la unidad y
por un fructífero diálogo, en la Justicia y en la Paz, en apertura
amorosa al Espíritu del Señor.
+Oscar.
+Oscar.
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