"Cuánta paz nos da el saber que no somos nosotros los que nos hemos puesto a elegir a Jesús; no somos nosotros los que “conseguimos” este ministerio; es Él, nuestro Buen Pastor quien nos eligió y consagró. Los invito a exclamar, con el corazón lleno de alegría: ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que en Cristo nos ha elegido antes de la constitución del mundo par ser santos y consagrados en su presencia por el amor! (Cfr Ef 1,3ss). Más que extenderme en este mensaje, y dado que la carta de Pentecostés tenía una especial referencia a ustedes, quiero hablarles como hermano y como obispo. Sé que saben, como dijo san Pablo, que el obispo, todo obispo, lleva a los sacerdotes en el corazón, partícipes todos de la gracia del Señor (cf Fl 1, 7)".
+Oscar Sarlinga.
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