Este domingo 30 de agosto fue celebrada la Fiesta Patronal de Santa Rosa de Lima, en Manuel Alberti (partido de Pilar), presidida por nuestro Obispo diocesano, Mons. Oscar Sarlinga y concelebrada por el cura párroco (y vicario general con encargo para la educación católica), R.P. Tomás Llorente Martínez MSF, Mons. Santiago Herrera, pro-vicario general y Rector del Seminario, el R.P. José Luis, MSF y el P. Gabriel Micheli, vicario con encargo especial. El día anterior, como es tradicional, se tuvo en la plaza la "Jornada de la Paz" de la que participaron unas 4.000 personas. Las festividades contaron en todo con los auspicios del Municipio de Pilar, y la presencia del Sr. Intendente. El día 30, previamente a la misa el Sr. Obispo se dirigió junto con el Intendente Municipal, Dr. Humberto Zuccaro, Sra. esposa, el cura párroco, R.P. Tomás Llorente, sacerdotes, el senador provincial, autoridades municipales, a la plaza central, enteramente renovada por el Municipio, donde bendijo una estatua de Santa Rosa de Lima, que da de cara a la iglesia.
A continuación, las autoridades con el Sr. Obispo fueron hacia el monolito que recuerda la instauración de la nueva plaza, con inscripción marmórea, que también fue bendecida, y a continuación el vecino más antiguo de Manuel Alberti pronunció unas emotivas palabras.
Desde allí, los sacerdotes con el Sr. Obispo se dirigieron hacia el palco ubicado en la calle lateral a la plaza, donde tuvo lugar la Santa Misa, de la que participaron miles de fieles, y también las autoridades civiles mencionadas.
Mons. Oscar Sarlinga comenzó su homilía con una breve historia de la actual ciudad de Manuel Alberti, que cuenta hoy con más de 20.000 habitantes. La ciudad es comprendida eclesiásticamente dentro de la parroquia de Santa Rosa de Lima, la cual cuenta además con dos colegios católicos, «María Madre Nuestra» y «San Martín de Porres», a cargo del P. Tomás Llorente.
Mons. Oscar Sarlinga comenzó su homilía con una breve historia de la actual ciudad de Manuel Alberti, que cuenta hoy con más de 20.000 habitantes. La ciudad es comprendida eclesiásticamente dentro de la parroquia de Santa Rosa de Lima, la cual cuenta además con dos colegios católicos, «María Madre Nuestra» y «San Martín de Porres», a cargo del P. Tomás Llorente.
El Obispo aludió también a la fructífera novena, que resultó participativa y popular y que se había querido hacer coincidir la celebración con los 50 años de la presencia evangelizadora de la «Obra Cardenal Ferrari», la cual comenzó humildemente con los inicios de la actividad educativa católica, en lo que hoy es el colegio «María Madre Nuestra», que cuenta con 2.500 alumnos. Luego del breve trazado de la historia de Manuel Alberti, a continuación Mons. Oscar Sarlinga referenció el sentido misionero de toda la pastoral, dentro de la «Misión continental» a la que nos llamó el Santo Padre y el Documento de los Obispos en Aparecida, y mencionó luego algunos aspectos resaltantes de la vida de la Santa Patrona, Santa Rosa de Lima, de su intercesión, protección e influjo religioso y cultural en nuestra población, mencionando también que fue confirmada por Santo Toribio de Mogrovejo, modelo de Obispo y de misionero, cuya diócesis, añadió "abarcaba el territorio actual de todo Perú y toda Bolivia, a la que visitó y pastoreó, con su gobierno pastoral dedicado y admirable". A continuación se refirió el Obispo a la obra de promoción humana integral de la educación católica, tan señera en la región a raíz de la presencia del colegio «María Madre Nuestra» y culminó con una referencia a la caridad, en un sentido verdadero e integral, como «vía maestra de la doctrina social de la Iglesia», dando un punto de explicación de la encíclica «Caritas in veritate» (n. 2) de S.S. Benedicto XVI y augurando para Manuel Alberti, el partido de Pilar y la entera Argentina, el desarrollo integral "de todo el ser humano" y de todos los hombres y mujeres que pueblan este suelo bendito", en la paz, la concordia y el mirar hacia adelante con esperanza y con sentido del bien común. Refiriéndose al P. Tomás Llorente, y a su obra por todos conocida y valorada, remitió a un reportaje que se le realizara al cumplir sus 25 años de presencia en Manuel Alberti y le agradeció renovadamente su presencia sacerdotal, esfuerzo y dedicación a la promoción humana integral, recordando también que el pasado año la Santa Sede y el Obispado lo habían distinguido, confiriéndole la medalla «pro Ecclesia et Pontifice». Breve Historia de Manuel Alberti La historia de la actualmente tan poblada localidad de Manuel Alberti comienza en los primeros días de enero de 1946, cuando en la ubicación de la hoy ciudad consistía en amplias extensiones de campo, también conocidos por la ciudad vecina de Tortuguitas, y de hecho era llamada: "los Fondos de Tortuguitas". En esos días no más de 200 familias poblaban tales praderas pampeanas, familias las cuales eran conformadas en su gran mayoría por obreros trabajadores dependientes del emprendimiento estatal «Ferrocarriles Argentinos». Esto sin embargo, fue recién en diciembre de 1964 cuando vecinos y pioneros aceptan el desafío de apurar la construcción de la estación del ferrocarril, con una Estación / Apeadero, que fue elegida en un punto brindado por el llano necesario para que las locomotoras pudieran detenerse y arrancar sin demasiada resistencia por las inclinaciones del terreno. El 6 de junio de 1965 se canceló la deuda con Ferrocarriles Argentinos y el 18 de Junio de 1965 fue oficialmente inaugurada la estación, con la presencia de vecinos Fundadores. Con el crecimiento del cordón del Gran Buenos Aires, comenzó a producirse una mayor demanda habitacional, hecho que culminó con el advenimiento de loteos de tales tierras. El auge de crecimiento poblacional mencionado y la proyección de una Autopista (futura Panamericana) a trazar por el este, colaboraría en el acceso a estas tierras, ya que la única arteria automovilística de acceso a esos parajes era por entonces era la Ruta Nacional n. 8, por el oeste. En la actual ciudad y sus barrios existen emprendimientos de algunas sociedades de Fomento, y numerosos centros de promoción social pertenecientes a la Iglesia católica. En el año 1987 se asfaltó la primera calle de la localidad. Esta calle, llamada «Santa Rosa» (Hoy H Yrigoyen) es la principal calle y tomada como centro comercial. En ese mismo año también entra la primera linea de colectivo de la zona, la 228 (Expreso Paraná), produciendo así una llegada más rápida al centro de la ciudad de Buenos Aires. La iglesia parroquial, dedicada a la Santa Limense, es de bello estilo moderno y muy amplia. Fue construida a instancias del R.P. Tomás Llorente, MSF, e inaugurada en 1991. Está «confiada a religiosos», en la congregación de los Misioneros de la Sagrada Familia. El colegio «María Madre Nuestra» ha sido y es señero en la educación católica y en la promoción humana integral, en todo sentido, y así es reconocido en la región. Santa Rosa de Lima, la Patrona Santa Rosa de Lima, Patrona de América Latina, nació el 30 de abril de 1586. Su verdadero nombre era Isabel Flores y Olivia. Se cuenta que, era especialmente bella, por lo que, siendo aún muy pequeña, al verla dormir en su cuna tan hermosa como una flor, su madre y su nodriza la llamaron Rosa.En 1597, en la localidad de Quives, fue confirmada con el nombre de Rosa de Santa María por el Obispo Toribio de Mogrovejo, segundo Arzobispo de Lima, que años después fue santo. Rosa era muy alegre, cantaba con una voz hermosa y componía canciones; se sometía a penitencias por las conversiones y soportaba con entereza sus múltiples enfermedades.
Rosa dividía su tiempo entre el trabajo y la oración. Pasaba largas horas bordando y dedicaba los frutos de su trabajo a ayudar a la manutención de su familia, de 10 hermanos. Su espiritualidad estaba marcada por un gran amor hacia Jesús presente en la Eucaristía y hacia la Santísima Virgen María. Sus padres, don Gaspar Flores y doña María de Oliva, le hacían frecuentar fiestas y banquetes para que llamara la atención de los jóvenes más ricos de la ciudad y lograr así un matrimonio ventajoso. Pero si bien Rosa obedecía yendo a las fiestas, no estaba en sus planes contraer matrimonio sino consagrar su vida a Dios. A los 20 años, abrazó la espiritualidad de la Tercera Orden de Santo Domingo, al igual que Santa Catalina de Siena, modelo de vida para Rosa. Recibió el hábito negro y blanco el 10 de agosto de 1606 en el convento al que iba a rezar diariamente. A pesar de usar el hábito de la Orden de Santo Domingo, Rosa no fue monja de clausura sino que continuó viviendo con sus padres como terciaria dominica y dedicaba gran parte del día a la oración. La obediencia, la humildad y la caridad fueron sus principales virtudes. Rosa fue un ejemplo de sencillez y un testimonio de vida Evangélica. Su dedicación hacia los pobres, los enfermos y los necesitados le ganó en vida el amor de los limeños. Los milagros se sucedieron mientras vivía y después de su muerte. Falleció el 24 de agosto de 1617, a los 31 años. Tanto el pueblo como las autoridades civiles y eclesiales acudieron al funeral; toda Lima estaba conmocionada y pedía su canonización.Luego de su muerte, su confesor aseguró que "jamás, ni de día ni de noche, perdía la presencia de Dios en su corazón y que su alma nunca fue mancillada por el pecado venial". El 12 de abril de 1671 el Papa Clemente X la proclamó Santa, estableciendo su fiesta el día 30 de agosto, declarándola Patrona de América Latina, Indias y Filipinas. Fue la primera Santa canonizada de Nuestro Continente.
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