lunes, 30 de junio de 2014

ULTIMO DÍA DEL MES DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS

De: https://www.facebook.com/obispadozc

Queridos amigos de facebook en el último día de junio, mes del Sagrado Corazón de Jesus, ademas de la oración diaria, les compartimos palabras de nuestro querido Obispo. Las mismas fueron pronunciadas el viernes 27 de junio, día del Sagrado Corazón de Jesus en la homilía de la Santa Misa por los 160 años de la Pquia. Ntra. Sra. del Carmen de Zárate:

“ (…) Es el corazón de Dios que se hizo hombre, Jesucristo nuestro Señor. Si alguna vez pudiéramos soñar con lo mejor que podría ocurrirnos en esta vida consciente sería con encontrar el amor infinito. Hay tantos amores limitados, por mas buenos que sean. El amor de Jesus es infinito y hace que los amores buenos – aunque limitados- tengan una semilla de eternidad. Entremos al Corazón de Jesus y pongamos en el a todos a quienes nos quieren, y a quienes no nos quieren tanto; a quienes queremos y a quienes no queremos tanto. Y muy especialmente a los sufrientes, a los que están solos, a los que perdieron la fe y esperanza, a los que están tristes. Hacia todos ellos no solo tenemos que sentir que debemos llevar una misión de simpatía o empatía, sino además debemos sentirnos deudores hacia quien sufre y perdió la esperanza; porque nosotros sabemos que en la esperanza, fuimos salvados (…) “

Oración Preparatoria. Oh Dios, que por medio del Corazón de tu Hijo, herido por nuestras culpas, te dignas, en tu misericordia infinita, darnos los tesoros de tu amor; te pedimos nos concedas que, al presentarte el devoto obsequio de nuestra piedad, le ofrezcamos también el homenaje de una digna satisfacción. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Consideración del día lunes 30 de junio: Espina es para el Corazón de Jesús ver la falta de cristianos en los templos y la sobra de ellos en los centros de mundanas diversiones. El Corazón de Jesús ama, y no es amado. ¿Qué haces tú?

Oración final. Oh Señor Jesús tus santos misterios infundan en nosotros un fervor divino, conque, recibida la suavidad de tu dulcísimo Corazón, aprendamos a despreciar lo terreno y amar lo celestial. Tu que vives y reinas por siglos infinitos. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario