Desde hoy tenemos un nuevo Pontífice, el Papa Francisco I. El Señor Jesús lo ha llamado al ministerio petrino; Él le da su gracia y su luz para pastorear a la Iglesia de Dios, su Pueblo, el Cuerpo Místico de Cristo.
Reciba, Santo Padre, nuestro amor filial y nuestra oración, reavivando en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, la unidad en Cristo, como nos ha afirmado el Concilio Vaticano II, en Lumen gentium, 23: "El Romano Pontífice, como sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad así de los Obispos como de la multitud de los fieles".
Al Sucesor de San Pedro, nuestra comunión afectiva y efectiva, y nuestra oración por él al Espíritu Santo y a María Santísima.
En el nombre de esta porción del Pueblo de Dios, de Zárate-Campana,
+Oscar D. Sarlinga
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