La Virgen de Fátima volvió a estar presente, una vez más, en la Plaza
de San Pedro, cumpliendo un deseo del Papa Francisco, ya que hoy se
recuerda la primera aparición de Nuestra Señora en Cova de Iría
(Portugal) a los tres pastorcitos: Lucía, Jacinta y Francisco.
La
imagen - bendecida en el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de
Fátima - acompañó la audiencia semanal del Papa con los peregrinos llegados
de tantas partes del mundo. Antes de dar inicio a la audiencia, el
Pontífice se detuvo en oración ante la imagen. Luego, destacó la fecha
del 13 de mayo:
«En este
día de la Virgen de Fátima, los invito a multiplicar los gestos
cotidianos de veneración e imitación de la Madre de Dios. Encomiéndenle
todo lo que son y todo lo que tienen. Y así lograrán ser un instrumento
de la misericordia y de la ternura de Dios para sus familiares, para
todos los que los rodean y todos los amigos».
En sus palabras dedicadas a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, el Papa dijo:
«Hoy es la memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen de Fátima.
Queridos jóvenes, aprendan a cultivar la devoción a la Madre de Dios,
con el rezo cotidiano del Rosario. Queridos enfermos, sientan a María
presente en la hora de la cruz, y ustedes, queridos recién casados,
récenle para que nunca falte en su hogar el amor y el respeto
recíproco».
ACTO DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE FÁTIMA (POR EL PAPA FRANCISCO):
Bienaventurada María Virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia maternal
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.
con renovada gratitud por tu presencia maternal
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.
Celebramos en ti las grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse con misericordia hacia la humanidad,
afligida por el mal y herida por el pecado,
para curarla y salvarla.
que nunca se cansa de inclinarse con misericordia hacia la humanidad,
afligida por el mal y herida por el pecado,
para curarla y salvarla.
Acoge con benevolencia de Madre
el acto de consagración que hoy hacemos con confianza,
ante esta imagen tuya tan querida por nosotros.
el acto de consagración que hoy hacemos con confianza,
ante esta imagen tuya tan querida por nosotros.
Estamos seguros de que cada uno de nosotros es precioso a tus ojos,
y que nada de lo que habita en nuestros corazones es ajeno a ti.
y que nada de lo que habita en nuestros corazones es ajeno a ti.
Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la consoladora caricia de tu sonrisa.
y recibimos la consoladora caricia de tu sonrisa.
Custodia nuestra vida entre tus brazos:
bendice y refuerza todo deseo de bien;
reaviva y alimenta la fe;
sostiene e ilumina la esperanza;
suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros por el camino de la santidad.
bendice y refuerza todo deseo de bien;
reaviva y alimenta la fe;
sostiene e ilumina la esperanza;
suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros por el camino de la santidad.
Enséñanos tu mismo amor de predilección
por los pequeños y los pobres,
por los excluidos y los que sufren,
por los pecadores y los extraviados de corazón:
congrega a todos bajo tu protección
y entrégalos a todos a tu dilecto Hijo, el Señor nuestro Jesús.
por los pequeños y los pobres,
por los excluidos y los que sufren,
por los pecadores y los extraviados de corazón:
congrega a todos bajo tu protección
y entrégalos a todos a tu dilecto Hijo, el Señor nuestro Jesús.
Amén.
(Acto de consagración a la Virgen de Fátima, al final de la Misa con
ocasión de la Jornada mariana - Plaza de San Pedro, 13 de octubre de
2013)
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