miércoles, 25 de mayo de 2011

LA EDUCACIÓN CATÓLICA EN EL CONTEXTO DE LA TRANSMISIÓN DE LOS VALORES Y LA EVANGELIZACIÓN DE LA CULTURA

Como hemos mencionado en artículo anterior, es en la huella de la “Misión continental” aplicada también a los colegios católicos que nuestro Obispo ha emprendido la visita pastoral a las distintas instituciones educativas de nuestra diócesis. Este 25 de mayo, en el Tedéum en la ciudad de Campana, volvió a hacer alusión Mons. Sarlinga a la importancia de la educación, así como a “los valores cristianos que impregnaron la vida pública” en este arco del Bicentenario de nuestra patria, 2010-1016, de conformidad con el documento del episcopado: “Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad” (Cf “La celebración del Bicentenario -2010-2016-, n. 3). El mismo sentido había expresado en las distintas visitas al colegio "Santa María" de Belén de Escobar y en "María Madre Nuestra" de Manuel Alberti (partido de Pilar). También ese fin tuvo el primer encuentro de universitarios y alumnos de nivel terciario, que tuvo lugar en Campana, en el Colegio "Santo Tomás de Aquino", el 14 de mayo ppdo.


Es de recordar también que el Plan Pastoral diocesano tiene una referencia importante a la educación y a la evangelización de la cultura, en el capítulo IV, “FERMENTO EUCARÍSTICO EN EL MUNDO Y PROMOCIÓN DEL LAICADO”, n. 8: “La Educación católica y la Pastoral de la cultura”, a saber:
“Para lograr este servicio educativo a nuestra sociedad hemos de centrarnos en dos instituciones: la familia y la escuela-universidad. Además, destacamos la Doctrina Social de la Iglesia como el mejor medio para encarnar los principios evangélicos en la compleja realidad cultural, política, social, ecológica y económica.
La escuela y la universidad: "(…) el mundo de la educación es un campo privilegiado para promover la evangelización de la cultura y la inculturación del Evangelio". No podemos menos que alentar a quienes trabajan en la pastoral educativa de la Iglesia, que desde el nacimiento de nuestra Nación siempre estuvo al servicio de la educación en la escuela pública, sea de gestión estatal, privada o confesionalmente católica. Destacamos como decisiva acción pastoral el procurar que ningún educando egrese de nuestras instituciones sin una conveniente cosmovisión cristiana: sin haber interiorizado un amor y una fe firmes en Jesucristo, junto a un activo sentido de participación y pertenencia a la Iglesia, unidas a un compromiso personal y solidario para construir una Patria de hermanos”.

La primera visita programada como "pastoral" del año 2011 a un colegio católico fue al establecimiento “San José”, en el Barrio “La Pilarica”, de Pilar. Siguió “Inmaculada Concepción”, en Maquinista Savio, el 20 de mayo, día en que celebró misa para el alumnado a las 11, seguida de almuerzo con los directivos y docentes, y luego de la visita al colegio. Como se ha dicho, se trata de una presencia del obispo que piden los padres de familia, los alumnos, y que los representantes legales que han asumido el sentido del servicio educativo como una misión, han querido entroncar en la misión continental que asumió la Iglesia en América Latina luego del gran acontecimiento eclesial de Aparecida.
La próxima visita pastoral del Obispo en este ámbito de la evangelización será a la Obra Educativa de Baradero.

lunes, 16 de mayo de 2011

ORDENACIÓN SACERDOTAL EN LA IGLESIA CATEDRAL DE SANTA FLORENTINA

MONS. OSCAR SARLINGA ORDENÓ UN NUEVO PRESBÍTERO EN LA IGLESIA CATEDRAL DE CAMPANA (DIÓCESIS DE ZÁRATE-CAMPANA)
El dìa 14 de mayo nuestro Obispo diocesano ordenó sacerdote a Oscar Moretti, oriundo de San Andrés de Giles y ex-alumno del Seminario diocesano de Zárate-Campana, "San Pedro y San Pablo". De la ceremonia participaron 30 sacerdotes, y se contó con la presencia del Obispo de Azul, Mons. Hugo Salaberry, sj. Numerosos diáconos permanentes asistieron a la celebración, así como los seminaristas del Seminario San Pedro y San Pablo, junto con centenares de fieles que colmaron el templo y parte del atrio.La jornada fue hecha coincidir con el primer encuentro de jóvenes de colegios secundarios, de institutos terciarios y de universidades (tenido en instalaciones del colegio "Santo Tomás de Aquino, de Campana) organizado por la delegación diocesana de juventud, con el P. Hugo Lovatto, el P. Agustín Villa y el secretariado. Los jóvenes participaron entusiastas de la celebración eucarística en la cual tuvo lugar la sagrada ordenación.
El P. Oscar Moretti es el segundo sacerdote ordenado en 2011 por nuestro Obispo Mons. Oscar Sarlinga, ambos dos habiendo concluido su formación y plan de estudios filosófico-teológicos en la Facultad de Teología de Buenos Aires (Villa Devoto). El nuevo sacerdote ha sido destinado a la parroquia de Santa Rosa de Lima, de Manuel Alberti (Pilar).

viernes, 13 de mayo de 2011

Una nueva imaginación de la justicia y la solidaridad






En el acto de cierre del I Congreso Nacional de Doctrina Social de la Iglesia que se llevó a cabo este fin de semana en Rosario, con la participación de 1.500 personas. Se dio lectura al mensaje  “Hacia una nueva imaginación de la justicia y la solidaridad”, en el cual los obispos convocaron a los participantes a difundir la Doctrina Social de la Iglesia y a “contribuir a la elaboración de políticas públicas, como una opción preferencial por los pobres”.

Los obispos destacaron que el aliento mutuo para “fortalecer la fraternidad que fomenta y extiende la responsabilidad por el bien común, es expresión de una amistad social que favorece el desarrollo integral ‘de toda la persona y de todas las personas’”.

“Creemos que es la hora de una nueva imaginación de la justicia y la solidaridad. Nos comprometemos a divulgar la riqueza de la doctrina social de la Iglesia como saber teórico-práctico y renovar esfuerzos para su difusión y testimonio creativo en experiencias concretas”, subrayaron.

Balance de las mesas temáticas
   
Nuestro obispo, Monseñor Sarlinga  se refirió a la importancia que atribuyeron los participantes a que “es indispensable el diálogo como herramienta principal para la elaboración de consensos profundos para establecer políticas perdurables”, subrayaron la necesidad de “formar líderes en todos los ámbitos, con valoración del desarrollo integral y la búsqueda de la justa distribución de los bienes para con los más necesitados” y reclamaron nuevas formas jurídicas de tenencia de la tierra.

Monseñor Martín indicó que los participantes presentaron propuestas “en orden a las políticas públicas en favor de la madre y el niño por nacer”, como la ayuda a las instituciones que atienden a las madres en riesgo, medidas laborales de apoyo a la maternidad y facilitar el acceso a los centros de salud; reclamaron que se reconozca “el pleno derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones, en particular en lo que hace a la educación para el amor”, y manifestaron la necesidad de darle a la familia su lugar de “formadora de personas, educadora de la fe y promotora del desarrollo”.

Monseñor Lozano reiteró la preocupación de los delegados del país por los vínculos sociales frágiles, el “descreimiento creciente” en las instituciones y baja participación ciudadana, la “profundización” de la situación de pobreza, inequidad social y el deterioro de los bienes naturales. También alertaron sobre la falta de sentido de vida, la pobreza, la corrupción y la impunidad favorecen las adicciones, y criticaron la tolerancia social y los mensajes ambiguos que facilitan la iniciación al consumo desde edades tempranas, y el incumplimiento de las leyes que garantizan la propiedad de la tierra a los pueblos originarios.

lunes, 2 de mayo de 2011

CELEBRACIÓN DE LA MISERICORDIA DIVINA Y HOMENAJE AL BEATO JUAN PABLO II

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DIÓCESIS DE ZÁRATE-CAMPANA

CELEBRACIÓN DE LA MISERICORDIA DIVINA Y HOMENAJE AL BEATO JUAN PABLO II EN GARÍN (ESCOBAR), el 1ro. de mayo
A LA ESPERA DE LA PROCESION DE JESUS MISERICORDIOSO
JESUS MISERICORDIOSO
Dentro de las distintas celebraciones de la Divina Misericordia en la diócesis de Zárate-Campana, el obispo Mons. Oscar Sarlinga estuvo presente el 30 por la tarde, Vísperas de la Divina Misericordia, en la parroquia de San Antonio de Padua, de Ing. Maschwitz, para la despedida del Padre Rafael Carli, CM, quien toma su misión de responsable de la casa religiosa en Escobar (y al que se le concedió la medalla “Pro Ecclesia et Pontifice”) y el 1ro. de mayo por la mañana, de nuevo en Ing. Maschwitz para la toma de posesión del nuevo párroco.
Por la tarde del mismo día 1ro. el obispo concurrió a Garín, para la procesión y sucesiva misa de la Divina Misericordia, en la parroquia de “Jesús Misericordioso”, confiada a los Discípulos de Jesús y de San Juan Bautista. La celebración fue transmitida en directo por el canal televisivo del partido de Escobar y retransmitido en Pilar.
Desafiando las condiciones climáticas, tanto de lluvias intermitentes, como vientos y frío, una nutrida procesión recorrió el vasto barrio de la ciudad de Garín, en la zona lindante con Pacheco, con muy numerosos fieles del lugar, a los que se agregaron algunos de “Maquinista Savio” (sector Pilar) y otros de Zárate y de Campana. Los Padres Juan de Dios, dj y Salatiel, dj, junto con los hermanos, animaron la procesión, en la que se condujeron tanto la imagen de Jesús Misericordioso como la del nuevo beato Juan Pablo II. Junto a los sacerdotes mencionados, concelebraron con el Obispo el vicario general, Mons. Edgardo Galuppo, y el delegado para las misiones, Mons. Marcelo Monteagudo. El municipio de Escobar se hizo presente a través de dos delegados barriales y una concejal representando al Intendente. La imagen del beato Juan Pablo II quedó en el templo para la veneración de los fieles.
Mons. Sarlinga dijo en su homilía que el beato Juan Pablo II nos enseñó la misión de evangelizar, con nuevo ardor, y que el espíritu del Concilio Vaticano II se encuentra como resumido en la constitución Lumen gentium, pues deseó “iluminar a todos los hombres, anunciando el Evangelio a toda creatura, con la claridad o luz de Cristo que resplandece sobre la faz de la Iglesia”. Citó luego la exhortación Evangelii nuntiandi, recordando que “no hay evangelización verdadera mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios”. A continuación mencionó el empeño de Juan Pablo II y de Benedicto XVI por la nueva evangelización y lo relacionó con los desafíos para este Tercer milenio, señalando que Juan Pablo II había previsto para la preparación al Año Jubilar el suscitar “una particular sensibilidad a todo lo que el Espíritu dice a la Iglesia y a las Iglesias (Cf Ap 2,7ss), puesto que, dijo Mons. Sarlinga, es muy importante para quienes hemos asumido la Misión continental, después del acontecimiento de Aparecida, que recordemos que somos instrumentos, cada uno según su vocación y elección, de la evangelización, y que el gran Protagonista de ésta es el Espíritu Santo, que hemos de ser dóciles a él, escucharlo, escucharnos,  sobrellevarnos, amarnos, y derribar todo muro de enemistad. A continuación recordó algunos puntos de la consagración de la Argentina a la Virgen de Luján, que el papa Juan Pablo II realizara en 1987, con oportunidad de la segunda visita a nuestro país, y luego cuando él mismo confiara el mundo y el nuevo milenio a la Virgen Madre para que  “asista a sus hijos en las pruebas cotidianas y que, gracias al empeño de todos, las tinieblas no prevalezcan sobre la luz”.
Agradeció al Papa Benedicto XVI por la gracia de la beatificación y pidió a todos los fieles que hicieran lo mismo en su corazón. Al término de la misa, y de saludar a los numerosos fieles presentes, el Obispo y los sacerdotes fueron a visitar los renovados salones parroquiales y compartieron un ágape con los hermanos, laicos invitados y periodistas del lugar.
BEATO JUAN PABLO II EN JESUS MISERICORDIOSO
CELEBRACION EUCARISTICA EN JESUS MISERICORDIOSO

EL BEATO JUAN PABLO II NOS SEÑALÓ “LO QUE EL ESPÍRITU DICE A LA IGLESIA”
(Cf Ap 2,7ss y Carta apost. Tertio Millenio adveniente, 23)
Queridos sacerdotes, queridos hermanos y hermanas:
Celebramos hoy la festividad de la Divina Misericordia, guiados por el Espíritu, quien sigue recordándonos en nuestro interior todo lo que Jesús dijo e hizo. Durante el ángelus del 17 de enero el Papa anunció la beatificación de Juan Pablo II que tuvo lugar hoy mismo, 1ro. de mayo. “El próximo 1 de mayo –dijo el Papa Benedicto XVI- tendré la alegría de proclamar beato a mi predecesor, el Venerable Juan Pablo II. La fecha elegida será el segundo domingo de Pascua, que él mismo llamó “de la Divina Misericordia”, y en la que terminó su vida terrena”[1].  Dicho término de la vida terrena de Juan Pablo II fue un digno colofón de quien nos enseñó que el fundamento de la dignidad humana es la imagen de Dios y que el misterio del hombre encuentra en la redención obrada por Cristo Misericordioso su plena inteligibilidad, tanto es así que -dijo una vez- “el estupor respecto a la dignidad del hombre se llama Evangelio”[2].
En nombre de Jesucristo, Evangelio del Padre, estamos hoy reunidos aquí, en esta gran parroquia de “Jesús Misericordioso”, en medio de este también gran barrio de Garín, para celebrar unidos en el amor del Señor. Más allá del lugar geográfico donde estemos, lo importante es estar unidos en Cristo; nos encontramos junto a María, como el Apóstol Juan, quien la tuvo en su casa (Cf Jn 19,27) y queremos recibir al Espíritu de verdad, acogerlo, en nosotros y con nosotros, como lo hizo la primera comunidad de Jerusalén, reunida el día de Pentecostés (Cf Hech 1,14).
Estamos aquí para que el Espíritu afiance en nosotros un corazón evangelizador, eclesial, un corazón lleno de caridad, también en su dimensión social, en la solidaridad. El Concilio Vaticano II permitió comprender aún mejor esta dimensión esencial, misionera, de la Iglesia, al punto que podríamos decir que el espíritu del Concilio se encuentra, en cierto sentido, como resumido en la constitución dogmática Lumen gentium, que dice: "Cristo es la luz de los pueblos. Por ello este sacrosanto Sínodo, reunido en el Espíritu Santo, desea ardientemente iluminar a todos los hombres, anunciando el Evangelio a toda criatura (cf. Mc 16,15) con la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia"[3].
Quiera Dios darnos un mayor entendimiento, una mayor sabiduría, respecto de nuestra misión; quiera darnos valentía apostólica, “parresía” a la vez con mansedumbre y paz. Tanta gente aquí reunida para orar, para celebrar, me hace pensar en la imperiosa necesidad del amoroso anuncio en el mundo moderno, en todos nuestros ambientes, en especial en aquellos que más lo necesitan, los más carecientes, el mundo del trabajo y de la cultura, el mundo de la educación, y tantos otros, que, cuales “nuevos areópagos” nos esperan. Hemos reflexionado muchas veces acerca de la exhortación apostólica Evangelli nuntiandi, del Papa Pablo VI, en la que reafirmó que "(…) evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar"[4] y que "(…) no hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios"[5]. Hoy, en la Fiesta de la Misericordia divina, los invito a comprometernos en un renovado ardor evangelizador, cada uno según la vocación específica que el Señor le haya dado, dentro de la gran vocación cristiana.
El bienaventurado Papa Juan Pablo II continuó esta proclamación evangélica de la Evangelii nuntiandi. Desde los inicios de su pontificado él vino llamando repetidamente a la Iglesia a una nueva evangelización. Ésta "no consiste –dijo- en un "nuevo evangelio""[6]  ya que el mensaje tiene que ser siempre el Evangelio manifestado en Jesucristo. De otra manera, como lo hizo notar el mismo Pontífice, "no sería "evangelio", sino mera invención humana, y no habría en él salvación"[7].  Y dejó señalado en su carta apostólica Tertio millennio adveniente, que la nueva evangelización tenía una fuerte relación con la preparación de la Iglesia para celebrar el Año Jubilar por el que entramos en el Tercer Milenio, cual un "prolongado adviento" de preparación que pretendía "suscitar –dijo- una particular sensibilidad a todo lo que el Espíritu dice a la Iglesia y a las Iglesias (cf. Ap 2,7ss)"[8] y esto porque es el Espíritu Santo  "también para nuestra época el agente principal de la nueva evangelización" que "construye el Reino de Dios en el curso de la historia y prepara su plena manifestación en Jesucristo”[9]. ¡Que importante es para nosotros, que hemos asumido la Misión continental, después del acontecimiento de Aparecida, que recordemos siempre eso, que somos instrumentos, cada uno según su vocación y elección, que el gran Protagonista de la evangelización es el Espíritu Santo, que hemos de ser dóciles a él, escucharlo, escucharnos,  sobrellevarnos, amarnos, y derribar todo muro de enemistad.
Sólo así tendremos renovadas fuerzas. En su encíclica sobre la validez permanente del mandato misionero de la Iglesia, Redemptoris missio, el Santo Padre Juan Pablo II declaraba: "Preveo que ha llegado el momento de dedicar todas las fuerzas eclesiales a la nueva evangelización y a la misión ad gentes”[10].  El Papa Benedicto XVI se ha referido también numerosas veces a la nueva evangelización. Digamos también que dicha “nueva evangelización” se refiere también, e incluso especialmente, a los cristianos alejados, a aquellos que han dejado la Iglesia, perdido la fe o el sentido de pertenencia eclesial, la esperanza… o perdido la ardiente caridad, a aquellos que han sido afectados por la indiferencia o el sinsentido de la vida. ¿Nos preocupa?.  ¿Lo vemos como un cordial desafío, conforme a lo que el Señor espera de nosotros?.  ¿Estamos dispuestos a dedicar fuerzas a esa causa?. Forma parte de la dimensión misionera de toda la vida cristiana.
Cuando estuvo por segunda vez en nuestro país, el beato Papa Juan Pablo II confió a la Santísima Virgen María “a todos los que sufren, los pobres, los enfermos, los marginados, también aquellos a los que la violencia separó para siempre de nosotros, pero que están presentes ante el Señor de la historia”, y que también “son hijos –dijo- de la Virgen de Luján, madre de la Vida”. Pidió que la Argentina “sea fiel al Evangelio y abra de par en par su corazón a Cristo, el Redentor del hombre, la esperanza de la humanidad”[11].  Queremos hoy también, en esta celebración, abrir de par en par nuestras vidas a la Misericordia de Jesús.
En el año 2000, Juan Pablo II confió a la Virgen, Aurora de la esperanza, el Tercer Milenio, pidiéndole que nos acompañe en nuestro camino, en una época la que llamó “extraordinaria” exaltante y rica en contradicciones[12] , y le confió el milenio para que la Madre cual  “asista a sus hijos en las pruebas cotidianas y que, gracias al empeño de todos, las tinieblas no prevalezcan sobre la luz”. Tengamos siempre esperanza, y pongámosla en obra. El Señor Misericordioso bendiga abundantemente a ustedes, sus familias, sus buenas intenciones y proyectos.
Y, como Obispo y hermano de ustedes, los invito a dar gracias de corazón al Santo Padre Benedicto XVI por la beatificación de su ilustre predecesor, al que pedimos hoy su intercesión sobre nosotros, nuestras familias, nuestra diócesis y sobre la Iglesia entera. Con la protección de la Virgen Madre, Nuestra Señora de Luján.

+Oscar Sarlinga

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[1] Benedicto XVI, Ángelus del 17 de enero de 2011, Ciudad del Vaticano.
[2] Juan Pablo II, Audiencia general, Ciudad del Vaticano, miércoles 25 de enero de 1984 (“En la Carta Encíclica Redemptor hominis he escrito que: "...ese profundo estupor respecto al valor y a la dignidad del hombre se llama Evangelio, es decir, Buena Nueva. Se llama cristianismo”).
[3] Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, 1
[4] Pablo VI, Exh. Apost. Evangelii nuntiandi, 14.
[5] Ibid. N.  22
[6] Juan Pablo II, Discurso inaugural, Conferencia de Santo Domingo, 12/10/1992, 6.
[7] Ibid.
[8] Juan Pablo II, Carta Apost. Tertio millennio adveniente, 23
[9] Ibid. 45.
[10] Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 3
[11] Juan Pablo II, Viaje apostólico a Uruguay, Chile y Argentina, Acto de consagración de la Argentina a la Virgen de Luján, Oración de Juan Pablo II, «Avenida 9 de Julio» - Buenos Aires (Argentina) Domingo, 12 abril 1987, n. 3.
[12]  Juan Pablo II, Atto di affidamento a Maria del III Millenio, Giubileo dei Vescovi, Città del Vaticano, 8 Ottobre 2000, nn 3; 5 (“que las tinieblas no prevalezcan sobre la luz”).